miércoles, 11 de abril de 2012

SAUCE LLORÓN


SAUCE LLORÓN

Al caer las muertas hojas…
Un ciclo que termina
Y aún así sin pronunciar queja
Mecidas con el ánimo de su destino
Abonan un sombrío espacio
Que alienta al sembrador.

Y la semilla caída,
Como dádiva de quien ayer fue flor…
Brota con tímidas y pequeñas hojas
Que reciben fuerza mágica
Del imponente sol.

Las gotas de rocío
De un cielo imaginado
Regando está con besos de la luna
Aquél nutrido espacio, de mágico color.

Y así… sus ramas van extendiendo…
Su tronco abraza una enredadera
Que lo encontró propicio
Para donar su amor.

Ya robusto y bello
Al huerto regaló una fronda
Sus ramas como nutridas esmeraldas
Tan llenas de bondades,
Donde bulliciosas y felices
Las aves pasajeras
En su retorno vieron,
Los ojos del cantor…

Un nido entre sus ramas,
Una cornisa al peregrino
Un consuelo en frío invierno,
A ese solitario caminante,
Que su frescura halló…

Y de nuevo… en pleno día,
Sus flores y sus frutos
Pródigos donando siempre…

Al roedor que lo halló en su camino
Y refugio allí encontró.

Las flores, las semillas, las hojas repetidas…
Las ramas quebradizas
Como oración callada
Besadas por el sol…

Ya allí… como adorado amante…
Abrigador, querido…
Paciente…Observa el horizonte,
Y una lágrima gentil brota
Desde su corazón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 6/12

EL ROSTRO DE JESÚS


EL ROSTRO DE JESÚS

Tanto me han pintado tu rostro de tristeza
Que la sangre derramada pareciera perdida en éste reseco huerto
Púas grises de rosas encarceladas, que yacen antes del sol de tus mañanas
Brotan como manantiales tus dolores, se quebranta mi alma…
La pena nos hace voltear el rostro en días inciertos…
La alegría, el furor, el odio, la envidia los abusos
¡Qué bien nos llevan al olvido!

Tanto te han pintado con el rostro triste… pocas sonrisas dibujadas
Y aquél infinito azul donde a pesar de todos señalados somos
Unos tules de un color indefinido, unos rostros que mueve la brisa
Tan cambiantes, tan efímeros… como éste tiempo que nos diste.

Tanto lloran en mi selva los amantes mutilados… sus sonrisas muecas
Los ácidos que queman nuestras pieles desde dentro…
Y éste maldito dolor que nos carcome… pero que tal vez sea
Por tanta indiferencia.

Tanto brotaron los lirios de tus valles… tantos manantiales abusados
Tanto el hombre llora, se arrodilla, se arrastra con cebos encendidos
Gritando en pocos días tú nombre a los vientos
Para que escuches atronadores sonidos…
Mientras los cánticos de la selva agonizan con los venenos de la inteligencia
Y cada día desaparece una flor, un ave, una planta
Y las hojas no abonan tierras nuevas.

Tanto cielo mío, hermoso rubí tallado entre las rocas
Brillo de diamante que se pule con tus propias lágrimas
El olvido y la pereza para amarnos… ¡tanto te mató Señor…!
Que en estos días en que a una oración hemos de inclinarnos
Es demostrado también que si aún llegaras en ese caballo blanco
Y aunque los dolores de parto nos aquejaran de nuevo…

Ante el furor del consumismo aterrador que nos devora
Un crucifijo se plantaría… de acero con púas que explotarán tu piel
Y así… embrutecidos y soberbios, arrogantes y altaneros
No veríamos los amaneceres que cada día nos pintas…
Ni las aves que surcan el inmenso cielo, buscando un refugio de verdosos brazos
Y con tus alas extendidas tu grito agónico de nuevo…
Haciendo brotar el llanto… ante las cuentas que debemos entregarte.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 6/12

PENSANDO EN TI... 3

PENSANDO EN TI

Creo que la soledad quebrará mi corazón
Escucho la música cada segundo, transporto mi vida a tu lado
El ayer no acepta esfumarse y aún persisto en ti
No puedo creer… no acepto el olvido…
Sin entender por qué se ama tanto… se sueña tanto
Si ya no estás conmigo.

Observo día a día tus fotos… la continuidad de tus viajes
Pero detallo una mirada ausente de amor
Sólo valen las cosas… las luces que van y vienen
Y las vanidades que se esfuman como el humo del cigarro
Y sigo aquí… con éste atoro en mi pecho
Y mis ojos húmedos que no olvidan esa mirada tuya…
Y no comprendo las razones del destino…

¡Sueña amor mío con luciérnagas de colores!
Deletreo tu nombre y no olvido tu mirada…
Aunque los años te quites… sé cuál es tu edad
Esa no la romperá el silencio… el tiempo marca su paso lentamente
Implacable no detiene sus segundos… y mañana…
Si hay un mañana… te veré de nuevo a los ojos
Y me dirás por qué… si mi amor era cristalino
Y me responderás por qué… creíste en las mentiras y el engaño
Cuando tú eras todo lo que amaba y lo que me hacía sonreír
En éste huerto pasajero de la vida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 6/12

TOMANDO CEREZOS



TOMANDO CEREZOS

Sobre una curtida rama entregando sus dulzores
Embelesada en sus instantes regalados
Rojos frutos agridulces apetecidos se probaban
Sin reparar si tal vez habría un dueño enajenado haciendo tiro.

Ya la honda se prepara… ya los ojos la divisan
Su esplendor vestido de sedas azuladas…
Sólo trina… sólo salta… mientras devora las semillas
Como una diosa que se viste cual las hadas.

Y cuando del destino la piedra disparada…
El vuelo levantó la grácil ave…
Providencia… has llegado…
Y voló feliz… y cantó desde su nido.

Pero el hábil cazador de rostro enrojecido
Levantó de nuevo su honda muy airado…
La piedra ésta vez caló en el tibio blanco…
Y una azul cometa voló… voló…
Y cayó sobre un ennegrecido lago.

El cazador satisfecho de su hazaña
Sonrió… y su rostro no era humano…
Sólo era un pedazo de embrutecida carne
Y su honda preparó… sin reparar en nada
Y sus ojos se levantaron al cielo…
Y su conciencia de bruto caminó con él…
Mientras allá en el pequeño nido… tres pequeños niños
Por su azulada madre clamaban.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 5/12

EN EL OCASO


EN EL OCASO

Cuantas veces amor te busqué…
Sólo detallando ese cielo de colores
Y muchas veces te imaginé sobre las aguas 
En esa barca de madera ajena a mis amores.

Una flecha en el cielo el alcatraz pintó
Y como un Cupido perdido del destino
Te vi volar veloz y ocupado te encontré
En otra nave colada en mi camino…

Otras tantas… con tristeza imaginé
Que tus manos en las mías tibias amapolas
Y un rosario se quebró en mi corazón
Cuando de nuevo me encontraba a solas.

Y aún aquí… mirando a ese ocaso que se oculta 
Qué tibieza al fin descubro… 
¡Qué alegría dibuja hoy mi rostro!
Tengo la certeza de que ahí de nuevo estás…
Es sólo que mi imagen se ha ocultado con las olas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 5/12

BAJO UN SAUCE


BAJO UN SAUCE

Recojo las pavesas de tu amor
Qué poco fuiste corazón enajenado
Loco atrevido sin razón me has olvidado
Y hoy lloras como el sauce sobre mi abandonado nido.

Levantaron las brisas éste tibio calor
Que hace días me embriagaba en tus candores;
Más cuando airoso sin razón me consumías
Un látigo abrió mi corazón en mil pedazos.

Qué bueno dar a la razón sentido
Qué poco me has conocido
¿No se quiebran los cristales con los golpes?
¿No se enfurece el mar y se descansa sobre la arena?
¿No se arroja el sol con soberbia sobre el reseco valle?
¿No se inundan mis ojos ante la dureza de los tuyos?

Levanta ya el castigo…
Ya encontré un sitio para aliviarme
Presa por tu amor me consumía
Llamas sobre una lámpara vacía
Aceite que se perdió sin encender la tuya
Vaga hoy éste amor mío tan amado
Y lo entrego a la sombra de tus manos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 5/12

LA VOZ DEL ROBLE

 


LA VOZ DEL ROBLE


Cuando ya tus ojos no divisen ni las sombras
Ni el trino escuches desde tu levantada hamaca,
Ni el canto del guacharaco con su despertar feliz;
Ni el león rugir entre los verdes cañaduzales.

Cuando el último brote de agua pura desaparezca,
El llanto sobre los madrigales te consuma;
Risa y llanto sonarán cual campanas,
Frondosos humedales serán dunas…

Cuando la brisa mañanera no te cubra
Sino un insoportable calor que te quebranta;
¡Vuela mariposa de colores!,
Gira con tus alas de diosa encantada
Y descansa, descansa que allí ya no habrá más duelo.

Cuando el sol enardecido quiebre tu ropaje,
Desnuda piel con la que has sido revestido,
Ni pluma de faisán, ni piel de tigre,
Ni dientes de león ni tus rugidos…

Nadie te escuchará,cuando las sombras te cerquen.
Implacable has sido devorador insaciable...

¿Cuándo se llenarán tus arcas hermano mío?
¿No te basta el dolor que mata el alma?
¿No te bastan los cajones de tus muertos
Cubiertos con mi vida; 
Que ayer fue un majestuoso roble?

Me desnudo ante ti; ¡no soy nada!…
Sólo un maléfico cofre que guarda tus dientes prestados,
Una falsa sonrisa se convertirá en lúgubre carcajada
Que llenará mañana éste vacío, que sin una lágrima tuya
Has abandonado.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 5/12

SEMBRANDO DOLOR


SEMBRANDO DOLOR

¡Ay amor que quebrantas la dulzura!
Se ha opacado el brillo de la luna sobre las olas
Y en éste largo tiempo donde se visten de negro las amapolas
La sangre roja tiñe de dolor las rosas
Y vestidas de blanco se arrullan las palomas.

No te detengas en llorar penas ajenas…
No te arrinconen las iras de los malvados
Soporta, aguanta, espera…
Como la roca que en silencio guarda,
Tibio diamante de mágicos colores.

No te apresures a llorar, no habrá quebranto
Sólo la dicha de vivir un bello instante
Cúbrete de alegría… alegra el rostro
Dibuja esa sonrisa tal vez negada
Que sobre un lecho escarlata se dibuja
¡Y levanta tu cruz ¡…no es tan pesada…

Has visto el tigre que en acecho espera
Nadie le ha entregado a él las dagas
Viven dentro de sí… sin más maldad que su propia hambre
Sin más temor… que sus propios gemidos
Y entre los verdores que cubren sus afilados dedos
Masajea la piel… se nutre de ella… y no emite ni un sonido.

Calla ya que tu dolor es solo sombra
Una huella callada, fría y oscura
Ya se levarán mañana cometas de colores
Cuando alguien pase y deje una flor sobre tu sepultura.

Deja que lloren a sus muertos…
Las piernas volaron… los ojos se perdieron ¿a quién importa?
Chorros de sangre abonarán desiertos del camino
Mientras florece un nuevo cactus entre las piedras del sendero
Ellos bajarán mañana el rostro… su iniquidad los cubrirá
Llorarán por sus propias vidas mientras los abrazan cadenas oxidadas
Y el juez en caballo blanco mostrará su única balanza.

Mira sus piernas de palo… sus ojos de vidrio
Ellos declararán en tu contra cuando el hombre te juzgue
Bendito Dios de justicia severa… no habrá silencio, no habrá calma
Cuando a tu casa llegue el dolor… y también te cubra.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 4 abril/12

BUSCÁNDOTE


BUSCÁNDOTE

Te buscaré en las sombras de los miedos
En las oscuridades que penetran mi aposento
En los espantos que no permiten que sueñe
Cuando te presiento ausente…

Te buscaré en el sol de cada mañana
En el trigo abundante sobre la mesa
En el lago oscuro donde florecen los lotos perfumados
En las miradas cautivas e inocentes.

Te buscaré en el jardín de mis vecinos
He de cultivar mi propio huerto…
En los ojos de las aves sin destino…
Manso río cristalina fuente.

Te buscaré en el tronco caído…
En la hoja muerta al levantarla
En éste aliento que me regalas día a día
En las fiebres de dolores revestidos
Calma noche que me desvela en ti pensando.

Te buscaré cielo mío… amante mío de luz y tibieza
En los ancianos olvidados, en sus miradas entristecidas
En los niños que se lanzan a la calle
Que llenan de vicios sus entrañas...
Pues no te han buscado en sus caminos…

Creo que hoy te buscaré en ésta angustia nueva
En éste corazón que me oprime el pecho
Lágrimas que se desperdician con sus ruegos
Oraciones olvidadas, desteñidas…

Te buscaré cada mañana…
¡Qué dulces los que me ofreces… ¡ ¡qué árboles que sin riego aún florecen!
Y descansada en la roca fuerte que pusiste cuando me sentía por ti olvidada…
Alcanzaré la fruta apetecida…
Eres tú la providencia que vive en mi camino
Y eres el mago que llena de luz mi vida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 4/12

EN SUS MIRADAS



EN SUS MIRADAS

Cuando suspirando me encuentres
Y una gota de lluvia sobre la rosa ausente
Y el mutismo de unos labios, de un doliente desconocido
Y una flor roja sobre mi ventana…

Cuando los fríos de la ausencia quiebren mis ojos
Extasiada en los blancos infinitos de la indiferencia
Y las ramas quebradas y los cristales asustados…

Cuando aterida de un frío que mata esperanzas
En un lago donde ya no existas y en una roca no divisada
Y en un alero donde ya las golondrinas viajeras no se posen…

Cuando ya no me sorprenda ante nada…
Pieles curtidas que mueren por una daga atravesada
Poetas que han sido callados sin abrir sus bocas angustiadas…

Cuando no escuche ya un solo trino, ni mi alameda florezca
Ni tus besos, ni tus brazos, ni la enredadera de colores mágicos
Ni esa lluvia de amor cuando tus rayos besen éste desierto camino…

Cuando ya se cierren mis párpados… y no divise más tus maravillas
Y el río voluptuoso de quejambres lleno…
Y el mar se lo trague la inmundicia y las gaviotas de alas extendidas
Sin encontrar la suave caricia de la brisa...

Allí será cuando al fin la paz encuentre…
Tal vez soñadora siempre, volando como el águila dorada
Y ahí… con tus brazos abiertos, tus cristales mágicos
Me convenceré de que sin ti no soy nada… ni ayer… ni ahora…
Cuando por fin te busque en sus miradas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 4/12