SAUCE LLORÓN
Al caer las muertas hojas…
Un ciclo que termina
Y aún así sin pronunciar queja
Mecidas con el ánimo de su destino
Abonan un sombrío espacio
Que alienta al sembrador.
Y la semilla caída,
Como dádiva de quien ayer fue flor…
Brota con tímidas y pequeñas hojas
Que reciben fuerza mágica
Del imponente sol.
Las gotas de rocío
De un cielo imaginado
Regando está con besos de la luna
Aquél nutrido espacio, de mágico color.
Y así… sus ramas van extendiendo…
Su tronco abraza una enredadera
Que lo encontró propicio
Para donar su amor.
Ya robusto y bello
Al huerto regaló una fronda
Sus ramas como nutridas esmeraldas
Tan llenas de bondades,
Donde bulliciosas y felices
Las aves pasajeras
En su retorno vieron,
Los ojos del cantor…
Un nido entre sus ramas,
Una cornisa al peregrino
Un consuelo en frío invierno,
A ese solitario caminante,
Que su frescura halló…
Y de nuevo… en pleno día,
Sus flores y sus frutos
Pródigos donando siempre…
Al roedor que lo halló en su camino
Y refugio allí encontró.
Las flores, las semillas, las hojas repetidas…
Las ramas quebradizas
Como oración callada
Besadas por el sol…
Ya allí… como adorado amante…
Abrigador, querido…
Paciente…Observa el horizonte,
Y una lágrima gentil brota
Desde su corazón.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 6/12