MI
VENCEJO (26)
Será
ese día, en que la quietud del mar
Me
acerque a un lecho de hojas,
Y
bajo una roca, mi yo ermitaño,
Feliz
con ojitos saltones,
Encuentre
al fin
Ese
remanso de arena fresca y tibia
A
donde te halles, y nos juntemos,
Para
ser nuevos payasitos
Corriendo
sobre rocas o bajo ellas,
Divulgando
señales de amor
Junto
a los sonidos de aguas
Besando
el mundo.
Dios:
¡dime que sí!,
Ahora
no hay enojo
Abro
los brazos y te invoco.
Dime
que sí esta vez
Que
asoma su rostro.
¡Es
un vencejo, mi vencejo!,
Mi
ave azul que se había ido
Pero
retorna en otros ojos
Y
en otra boca
Porque
así los has querido.
Decide
armar un nido en mi balcón;
Trae
una promesa en su pico.
Entonces
doblo las rodillas
Y
toda su mies estará en mí
Porque
me has visto y te reconocí
En
medio de tanta espina.
Más
ahora, has juntado las rosas
Y
has abierto un camino de corazones
Para
que vuele a su lado un poco
Mientras
me llamas…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
febrero 18/16