DÍA 100617 (14)
Estamos en el día 10; sólo hace unos días decidí publicar
mis poemas, aprendí muchas cosas, pero tengo una sobrina a quien le envío mis
escritos para que me colabore, y decidió que me haría las portadas y arreglaría
ciertas cosas, pues ella sabe más de tecnología.
Demoré un segundo en aceptar, y estamos trabajando, aunque a
mí, las portadas que organicé me parecían lindas, eran imágenes que había
bajado a Facebook y ahí pierden el valor, se pixelan y quedan feas, estos son
términos de los ingenieros, pero también es bueno aprenderlos, las imágenes
quedan algo borrosas y no como pensamos, al pasarlas ya para publicar en papel
o virtual.
No haré mucho escándalo, porque tengo miedo a fracasar en el
intento, es humano sentir temor, siempre me acompaña, desde niña; la oscuridad,
el olor a cabro viejo, un cierto vacío en el estómago y ese ardor en medio de
mis piernas, que jamás comprendí ni supe explicar, tenía la edad del silencio,
pero el dolor se recuerda cada tanto.
Me dice este día al oído, que la vida es sagrada, los niños
son intocables y la voz del alma debe gritar aunque sea en una hoja en blanco.
Agradezco por la fortuna de otro segundo, sin importar las
heridas que regresan, ya que a pesar de ellas, hubo demasiado amor de mis
padres y familia y eso es lo que cuenta.
¿Qué hay para hoy?, demasiado paisaje, arroz con atún,
mangos que caen en cualquier lugar porque hay cosecha y todo es abundancia,
después vendrán las flores del roble y los almendros a llenar de felicidad a
los cotorros cara sucia y a las ardillas, que pasan veloces, alegrando mucho
más el paisaje que tiene voz y sonido entre los árboles.
La semana entrante si estoy aquí todavía, iniciaré con el
primer libro, tiene pintas rojas y olor a patria, sabor a campesino, olor a
hierbabuena y aromas a reseda...
Raquel Rueda Bohórquez
100617