jueves, 1 de diciembre de 2011

EL LLANTO DE UN MAPUCHE (72)

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EL LLANTO DE UN MAPUCHE (72)

Cuando se escucha el llanto de un Mapuche
También lloran los tambores;
la tierra gime y el agua envenenada corre... 

Cuando un Mapuche pide, ni el cielo pareciera escucharlo...
Sus lágrimas riegan las laderas de sus pieles
que envejecidas los  ven caminar con la lentitud de sus momentos.

¡Llora Mapuche!... De lo alto lloverán estrellas,
el hombre en su iniquidad verá caer sus propios castillos...

Plañe sobre los cadáveres de tus niños... 
Escucha el dolor de su llanto
¡Gime Mapuche!, tal vez esa luz divina escuche tus clamores.

Esperaré a que el son del tambor no se silencie,
Que la  la luna y el sol estén ahí,
Ese Dios lejano llegará y por su mano hará justicia.

Que suenen las campanas junto a los tambores
Mientras el cielo se pone gris y el río lleva veneno,
Aquél que te descansará al fin
Con tu blanca mirada al horizonte
Ante la indolencia de aquéllos que vinieron a robar tu heredad
Y  a desentrañar el vacío estómago  de tu pueblo.


Barranquilla, diciembre 1/11

¡¡QUE SUENE UN TANGO!! (73)

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¡QUE SUENE UN TANGO!

Que suene un  tango …
Que las castañuelas repiquen
 las zapatillas rojas vuelen
que tus manos enreden las mías
y tus ojos sean luceros encendidos.

Que suene un tango...
Sin importar el dolor de ayer
que tu cintura mueva la mía
mientras el bandoneón gime
mientras tu boca húmeda
tu piel rozando sin tocar
tus labios se abran sin besar...

Qué suene un tango...
Así sanarán mis heridas
con el recuerdo de tu soberbia estampa
y un relinchido de caballo en la pradera
tal vez así amado mío te olvide...

¡¡Pero que suene un tango!!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla dic.1/11

ADIÓS MI GOLONDRINA (74)

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ADIÓS MI GOLONDRINA (74)

No me digas que solo tú sabes amar
Mi corazón  sin que alguien lo enseñara ya lo hacía.

No eleves  tan alto el rostro y mírame...
Aquí estás y aquí estoy queriendo estar contigo.

Mira que intento revivir tu piel en la mía
Tus cánticos que tantas veces fueron mi alegría
Donde yerta y descansada no me miras
Y con profunda herida agonizo sin tu amor.

Levanta vuelo mi golondrina... 
Descansa tus sedas junto a las mías
Y volaremos grandes distancias...

Recorreremos el mundo entre diamantinas olas
Y en el cielo azul nos confundiremos.

No quiero que te vayas... ¡No aún!
Faltó cubrir de sedas la pradera
Observar el arco iris ante nuestros ojos;
Faltó ver nacer el amor en otros corazones
Que arrogantes nos ven pasar.

Faltó cariño mío... ¡Faltó tanto!
Más si te alejas en este día de invierno
Tal vez congelado en algún roble amarillo te espere
Mientras se deshiela el cielo y confundida con los luceros
Te encuentre en el último y errante vuelo de mis cansadas alas...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 30/11