jueves, 26 de septiembre de 2013

SILENCIOS [19]


SILENCIOS [19]

La soledad y el silencio nos acercan a Dios.

Descubrir sus maravillas, y los juguetes que ha dejado para nosotros, nos convierte en humanos.

Prohibido destruir la naturaleza, es un pecado que no sabremos cómo pagar, la conciencia arrepentida será nuestro castigo, cuando pretendamos recuperar lo irrecuperable, nadie vendrá en nuestra ayuda, pues el tiempo que necesitaron en crecer, fue el que destruimos en un instante.

Pasaremos a la historia como la peor generación y la más dañina para el planeta, nuestra arrogancia nunca será olvidada, y dejaremos una huella de sangre y dolor a quienes nos siguen.

Serán los jóvenes los encargados de renovar el huerto, para envejecer viendo un roble tratando de sobrevivir en el desierto, pero serán hombres felices, porque cumplieron la misión encomendada, para disfrutar de frescos días, y un verde eternizado en las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13 

LIBERTAD [20]

LIBERTAD [20]


Aferrada a cualquier jardín la mariposa

entregaba su belleza a soledad,
en repetido son del día

añoraba el sueño volar.

Y al abrir de su celda oscura
sintió miedo al respirar,
más el azote de la lluvia
la hizo con ánimo  despertar.

Encantada parecía en una fronda
que al tiempo su cárcel fue,
al segundo una daga encendida
que a un falso amor

la hizo renunciar.


Se antojó de lagos claros,
brilló entre flores de azahar.
Quiso ser novia del viento,
y al abrir sus alas

temía su corazón lastimar.


¡Vuela!...

Que no te asuste la tempestad,

no quebrarán tus alas

los azotes de un momento

y en mis ojos estarás.

Al fin se atrevió a lo imposible,
al fin reventó las cadenas

que tanto la entristecían,

para iniciar un continuar…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13



COLORES/A Pablo Sánchez [21]


COLORES/A Pablo Sánchez [21]

Quiero escribir un poema sobre una flor,
es tan hermoso caminar despacio,
donde la prisa de un chupaflor se detenga
y en mínimos instantes contemple un poema,
escrito entre los perfumes que traen los huertos
declamado por los habitantes asustados,
que ansían lluvia y nuevas ramas.


Entre colores, el amanecer admiro
una leve sonrisa ante el fulgor del sol,

estampida escucho al volar los niños cantores,
una lágrima verlos caer ante el desamor.

Despierta la cigarra enamorada
atenida de nuevo a su pasión…
Canta o llora desde la mañana
para invitar a un amor.

Y luego,

al dormir  las aves en sus nidos
perlas brotan de su interior,
para en otro día,

si las pocas ramas las encuentra todavía
despertará la magia de la vida
al abrir un cofre,

con el don del cantor entre su pecho
y el amor de Dios en su corazón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13



NO IMPORTA [22]

NO IMPORTA [22]

Sin importar lo duro de las rocas
sin interesar lo fuerte de la tormenta,

un arroyo será fuerte río

una chispa encenderá el fuego,
pero un amor sin riego,
se convertirá en olvido.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 26/13

ESPERA [23]


ESPERA [23]

Espera tome al fin mi tren,
que ante larga enfermedad agonizo
y no descubre tu llamado
entre pompas de colores,
una muñeca de coqueto rizo.


Parecen llamas encendidas
¿Serán sombras perseguidas?
Semejan azules entre grises nubes
que al azote de la brisa corren.


Espera que aguanté por mucho tiempo;
¿quién descubrirá entre las cenizas el dolor?
Canta sobre mi árbol un pájaro cautivo
y con él está mi corazón.

Retratada en el mismo espejo
me repito en el sonido de un tambor,
se agita entre mi pecho leve ilusión
que pronto será púrpura flor.

Y en tus brazos

me siento bromelia en primavera
que desteñida no estará,
encendida de amor mi boca espera
por un beso con sabor a miel.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13




PARECEN [24]


PARECEN [24]


Parecen reales, pero no... 
Son obras, lienzos que con el tiempo desaparecerán
así como no será la vida, pero sí la muerte,
no serán los árboles, pero sí los cultivos a la fuerza...

Tienen luz en los ojos, reflejos de humildad,
entre sus garras, muchos la vida perderán,
más ganarán la eternidad.

Parecen pequeños niños viendo al espejo
y ante la figura a reflejar,
un maullido agotado con el tiempo,
¡una voz que nos hará llorar!

Y parecieran tener vida...
Pero ya ellos no están,
resucitan como flor de un día,
para como un ave, 
¡cantar!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13






DUDAS [25]


DUDAS [25]

Que no me acobarde la duda;
he tomado un camino azul mar,
descubrí el nido de las gaviotas
y el vuelo del alcatraz.

No tengo miedo...
Me asusta solo la oscuridad,
más al escuchar tu voz fuerte
me inspiro ante tu divino cantar.

Camino descalza sobre tu playa
tibia y caliente pareciera quemar,
pero las olas coquetonas y livianas
me dan un beso y se van...

Ahuyenta el dolor y las espinas
nada impide el caminar,
tan feliz como pez me siento
al buscar mi libertad.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13




NO PASA NADA [26]


NO PASA NADA [26]

Si al detener el tiempo mis gansos blancos
entre lindas praderas volviera a divisar,
hojas verdes del camino me desnudarían,
para un poco como ellas estar.

Si en el sendero que conduce a casa
una pequeña violeta quisiera aparecer,
sería mi dulce princesa con traje de flores
mi linda niña con perfumes de azahar.

Pero el tiempo pasa y no existe…
La vida termina sin saber si está
y entre las flores,

la mariposa brilla,
¿será que resucita,

para al minuto desaparecer?

Y me dejo ser en medio de todo
se agolpan los recuerdos y el sonido del jagüey;
se oculta bajo las ramas, la mapaná bravía
pero se asusta, al sentir mis pies.

El lago se ha quedado para siempre,
pequeñas flores de violeta tono,
tus manos arrugadas recibiendo amores,
tus ojos como mansos arroyos
ablandando el corazón.

¡No pasa nada!...

¡No estoy triste!...
No bajan gotas de rocío por mi rostro
no hay sal para la vida

ni cantar para el monte,
si una madre marcha

para nunca regresar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13




SE PARECE [27]


SE PARECE [27]

Se parece el canto de las aves
a una oración de manantial,
a la visita de una libélula hacia mis ojos
sin querer marchar.

Se parece un día a otro
más el paisaje nunca es igual,
la rojiza tierra a un trigal maduro
el abrazo de un amigo a un rosal.

Es verdad que se parece
la pequeña puerta por donde entrar,
a tu mirada siempre dispuesta
a tus manos abiertas
a esa boca tuya que anhelo besar.

Y en otro estado de sonrisas
si de las plegarias, flores amarillas,
unas arrugadas manos al cielo inmenso
unos labios cerrados a tus ojos abiertos...

Ya no hay sombras que me sigan,
tu sombra es mi propia huella,
tus ojos son mis ojos
transformados en praderas,
donde se ausenta la vida
para ser cantares al terminar el otoño,
porque llega primavera.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 26/13 

RASTROS/A Edita Martinuzzi [28]


RASTROS/A Edita Martinuzzi  [28]

Un hermoso rastro dejas
de tus manos una caricia,
de tu pincel una rosa
de tus  ojos profundo mirar...

Mansa paloma al surcar el cielo
maravilla de mujer, iluminado rostro,
un verso tan solo, un poco de sosiego,
si al detallar de las nubes
recuerdo de tu amor.

Juguetea con  plateados cabellos el tiempo
aprisa un sueño se eleva, una sonrisa se dona,
rápido y veloz como una estrella
al cielo entregas tu brillo
y te conviertes en lucero.

Edita es la dulce mariposa
que con su ejemplo a todos nos anima,
mueve sus manos ¿son alas de golondrina?,
sin queja nos atrapa en su cariño,
para entregar su candor
cual si fuera un niño.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, Septiembre 26/13
Edita, a sus 85 años, aprendiendo a pintar.


ESCUCHA [29]

Mis padres en casa de mi tío Carlos

ESCUCHA [29]

Centrada en mi lugar
siendo una flor donde ha de estar,
pequeños ríos entre la montaña,
gotas que se dejan caer sin engaño
sobre musgos verdes y grises rocas.

Escucha, reclama la brisa su espacio,
hace danzar a las flores mientras trina un ave,
una mariposa hace estación en un lirio
y continúa su viaje con sus mágicas alas.

Un tambor a lo lejos, ¿será mi corazón?
Cansada de no verte,
advirtiendo una desilusión,
miro al paisaje y no te encuentro.

Camino sobre pálidas brisas de septiembre
para quedar en el mutismo de siempre
navegando entre las estrellas,
robándole a la vida una promesa
con los labios pálidos
y los dolores que se añejan.

¡Escucha!… escucha…
Todo es blanco y el sonido llega,
un cristal se quiebra bajo la lluvia,
son los pasos de un gorrión que espera
aterido en blanca rama
una palabra tuya siquiera.

Y al paso de la corriente nueva
se llenan hojas de rocío.
¡Qué divinas se ven las cayenas con sus perlas!
¡Qué milagro permanente es la vida!

Y entre suspiros que se alejan,
siendo vana fantasía,
no era nada lo que me dejaba el viento
no eran cantares los del tambor,
no eras la barca que se anclaba
para quedarse en mi corazón.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 26/13