lunes, 10 de noviembre de 2014

LUNA DE OCTUBRE




LUNA DE OCTUBRE
Te cuento hermano que vi a la luna triste

¿Quién te creerá ese cuento?, será tu respuesta
Eran todos ellos jóvenes y apuestos,
Tantas primaveras con los ojos verdes
Tantas garcitas blancas y morenas
Que no fueron novias, ni esposas, ni amantes
Pues en torvo día llegaron por ellos.

¿A dónde me llevas?
¿Acaso hubo respuesta?
Frente a todos dulzura, 
Pero lejos, cuando se urdía en locuras un viejo cerebro
Los fueron lanzando, cual si costales sucios cayeran,
Uno a uno arrancó el alma al oscuro bosque
Un fusil bien engrasado donde hubo derroche.

Se fueron, un rosal completo se extinguió
Seguro que ahora se escuchan sus gritos,
Tan pálidos como la blanca luna que hoy está triste
Tan sometidos, como cuando ya no hay esperanza
Y deben bajar los brazos creyendo que Dios no existe.

¿Quién dijo que la luna puede sentir algo?
¡Qué locuras inventas!, la veo igual como siempre.
¡Qué torpe eres amigo!, si la ves de lado sus lágrimas bajan
En su fondo las rosas son cristales, en la negrura de tal día
Uno a uno, ¡quién lo creyera! 
Ni siquiera hubo una mano, para secar sus lágrimas.

¿Serían bestias de otros mundos?
No valió el suplicar por sus vidas,
Nada conmovió a las rocas duras que sólo maldecían,
Y bajaban lágrimas del cielo, 
Cuando la luna pasó su blanco pañuelo
Entre las llamas que lo derretían.

Lo cierto amigo, es que ni doblados llamando a sus madres
Ni siquiera porque son padres y abuelos
Tuvieron un poco de misericordia con ellos,
Cuando escuchaban sus tambores latir
Ante guerra tan cruel desatada.

¡Se fueron, Dios no existe, los dejó en abandono!
¿Por qué razón lo culpas a Él?
Dio al hombre libertad entre el bien y el mal,
Sin pronunciar palabras permitió un manantial,
¿Quién los ha tocado acaso?
Roban el alma de las rocas y la vida de otros
Porque son entes del mal, no existen, son yesca seca 
Tan solo cenizas al viento, que no fueron ni ortiga ni trigo.

¿Qué recuerdo acaso tendremos de ellos?
El desprecio tan solo ante tal fechoría
El olor a sus carnes, el miedo en sus ojos
Sus voces orando, sus dobladas rodillas
En medio de un fuego donde ardían sus pieles
Y al cielo, cual cándidos luceros volaron los niños.

¡Sí hermanos!, llora la luna, 
Testigo mudo y silencioso
Que desde ese sitio vio, y los verá cada noche
En tanto cruzan los demonios 
Con la lengua encendida cual guijarro apestoso
Y los ojos hundidos, 
En la profundidad de sus propios infiernos.

¡Pobres de las madres que los parieron!
¿Qué culpa ellas tuvieron?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 10/14

DE CRISTAL 2

Flor esqueleto

DE CRISTAL 2
Así es el aura de un niño
¿Cómo haré para ser como ella?
Nacer de nuevo en el vientre de mi madre

Y crecer lejos, arriba de la montaña.
De cristal son las flores del Creador
Las alas de las aves en los árboles
El manantial que brota junto a la nieve
Y se congela en la mano de las hojas.

Es la mirada de María 
¿Alguien le ha visto?
Su dulzura es como mi madre
Una medio sonrisa en su boca
Con las manos invitando a un abrazo.

Cristales bajo tierra
En el fondo de las rocas
Y arriba del cielo las estrellas,
Cerca de mis ojos con sabor a sal
Siendo mar que grita desde el alma.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 10/14


PALOMAS

PALOMAS

Fabricaron una inmensa sábana que los cubrirá, 
ese dolor y esa sangre 
los perseguirá hasta la muerte.

¿En dónde han dejado el hilo de sus cometas?
Fue un atrapa sueños 
bordado con sus ideales, 
y el de sus familias.

Por ese pequeño hueco
 marcharán también algún día,
pero el terror no será como el de ellos, 
la justicia divina no es como la del hombre.

Temor en sus corazones, 
sus gritos, serán el sonido de la música 
que escucharán desde ahora.


¿En dónde han quedado las rosas escarlata?

Un río nuevo se fundará sobre sus despojos.
Caudales de gente saldrá a pedir justicia;
montañas de personas al fin, 
doblarán el cuello
y ellos, los demonios, 
desaparecerán como un mal sueño.

¿Qué hiciste loco?
Nadie puede levantar un arma contra un hermano.
¡Pero lo has hecho! y a veces ríes por ello.
Te burlas de Dios y te mofas del poeta,
pero en cada letra está mi voluntad.

Ahora corre, 
huye ante tu propia persecución
porque es ahí, 
en donde está tu castigo.

He atrapado sus cometas, 
¡mis muchachos!...

Aquí están, 
ahora sonríen, 
mientras aceptan que no están allá
si no bajo el cobijo de mis alas.

Volando van, 
volando vienen,
mis blancas palomas 
a éste magnífico alar.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 10/14


HOY ES DOMINGO

HOY ES DOMINGO
¡Qué nadie se asuste!,
No olvidemos que hoy es domingo...
¿Existe poesía para el día domingo?
Si hay hojas secas, aves fabricando nidos,
Si hay nieve o rocío sobre las flores
Si todavía tenemos esperanza,
¡Claro que sí!
Cada segundo habrá poesía
Tú mi poesía más bella
Mi día intenso de verano
Mi segundo del otoño
Mi eternidad de la primavera...
¿Quién está pálido hoy?
¡Cobarde!, no seas como yo
Debemos ser como el gorrión
Cantores, simples cantores
Aunque no sea tan extensa la voz.
¡Qué nadie se asuste carajo!
Que nadie critique a otros,
¿No se dan cuenta que es día de fiesta
Para alabar y bendecir
Ésta bonita gracia de existir,
Y de ver centellas de colores
Cuando las hojas secas
Caen a tus pies?
¡Qué día tan bello!
Es una poesía tejida en tu boca
Es una lengua danzando en la mía
Tú mi orgía caliente
Yo siendo contigo inclemente
Porque hoy es día domingo,
¡Sí señores!
¡Un día más para vivir!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 9/14

DESDE MI ÁRBOL

DESDE MI ÁRBOL
Un recital escucho
¿Eres tú mi amor?
¡Qué divino el cantar!
Cómo doblan las rodillas las aves
Y tú no dejas de enamorar
A cuanta avecilla ves pasar.
Mi árbol tiene sabiduría
Sus hojas hablan de sol
Me cuentan de noches oscuras
Pero se iluminan de luna
Y de estrellas que las ven estar
Como dueñas de su andar.
Una hoja me contó
Que sabía de todos los tiempos
Tal vez hoy decline ante su amor
Para que vengan otras más tiernas
A refrescar de tu hogar el ambiente.
Y te veo asomar
Pajarillo de negro mirar
Me enamora cuando te veo aparecer
Sentir como vienes y vas
Como la lluvia sobre el manso mar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 10/14