domingo, 16 de octubre de 2011

A LAS MADRES


Madres hermosas del mundo
las de plumas rosa
llenando de vida el planeta
con sus cálidos besos; 
las abundancias en sus picos
sus tibiezas calentando.

Ellas son un pedazo de Dios
pobladoras de la tierra
con un corazón en la mano,
regando de sutilezas
de pétalos descarnados.

Aún después de muertas
su presencia sentimos
sus oraciones escuchamos.

Son la razón  de ser 
el más bello sentimiento;
a ellas las buenas, las santas
las que nacieron para amar
las que entregaron su vida, su aliento
por escuchar esa cándida canción
arrullada por cascabeles de su alma.

A ellas les dejo un poco de mi
a quienes adornaron cajoncitos blancos
les dejo una rosa roja
que aún  gime como llama viva,
cuando con cánticos riega
un espacio imaginado
donde quedarán sus lágrimas.

Raquel 
Barranquilla, octubre 16/11

ESPERANDO A MI AMANTE




ESPERANDO A MI AMANTE.

Si pudiera llevar al olvido tus labios
tus ojos de negro mirar clavados en mi alma,
si tus manos ardientes sobre la alameda de mi cuerpo
tu talle junto al mío sin pensar en nada.

Si retornaran los besos que marcharon
con las luciérnagas de las noches eternas,
calores que la brisa se llevaron
un manto de colores con el iris de tus ojos.

Si las aguas mansas viajaran conmigo
para juntarse en un lago de ardientes sirenas;
ahí... me encontraría contigo
para libar mis ansias y matar nuestras penas.

¡Si las piedras contaran de mis llantos
el espejismo de mis horas idas
la almohada de mis sueños contigo
muriendo con la sal de mis quimeras!

¡0hhh! amante mío que aún no llegas
un legado de páginas en blanco es mi vida;
quedarán para que alguien por ti las lea
mientras en silencio suspiro y escribo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 16/11