lunes, 18 de febrero de 2013

MI AMIGA LUNA [31]

MI AMIGA LUNA [31]

Sabes de todas mis noches
de la llorona bruja en su escoba,
de apacibles días, planos días,
susurros de canteras
donde la vida marcha en una oscura cueva
y el dolor del que se queda
es una llama que derrite la carne
pareciendo encendida vela.

Vieja luna, soy una llorona en las noches
bruja que gime si al parecer  ríe…
Asusta el ruido, me aterran las miradas,
la oscuridad tiene un vicio de manos sucias
y el depredador se oculta bajo mi cama.

¿Por qué pareciera que las palmeras me escuchan?
Es testigo el silencio sobre labios apretados,
son  testigo las luciérnagas, el búho,  la soledad.

Y acaso, ¿queda una estrella para mí,
dentro de tu plácido aposento?
Te sostiene una extraña mano,
¿¡tan gigante y no te caes!?,
más yo, ¡qué frágil parezco!…

Soy  pluma de gorrión que desaparece
y viaja como una niña sobre las olas,
con los nubarrones oscuros de tus noches,
para desvanecerse mi vida en una cárcel.

Y así, calladas las dos
tan cómplices y amigas;
sabemos que habrá un reencuentro cualquier  día
seré espiga dorada en otros lares
o brizna que sacude la hoguera
y se confunde con los rayos de tu rostro,
bajo una lápida fría y lejana,
o sobre la estrella de colores tan ansiada,
que alguien pintó para mí
sobre un altar de sueños.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 18/13.