MI
VENTANA [13]
Dejé mi ventana abierta para que entres. Iré a dormir sabiendo que estás por ahí, en cualquier vendaval, en una sombra bajo un árbol despoblado, cerca de un manso arroyuelo, navegando en una barca de papel igual a la mía, pero seguro esperando por mí, pero aún no te enteras.
Iré a dormir aunque estoy segura que me desvelaré un rato, más del tiempo acostumbrado, los ojos pendientes de la claridad de un nuevo día, pueda ser que me descubras; pero si no es así, no importa, será otro día para soñar, y mientras los sueños existan, sabré que estoy con vida.
Empezaré entonces a recordar a mis amigos, el tiempo donde creí que eras mi cielo y mis estrellas, renovando mi amor nuevamente y comprendiendo que eres al único que he amado, pero no cerraré mi ventana, estoy dispuesta a conocer el amor, otro amor; si no es aquí, al cerrar la tapa de madera, allí comprenderé que estaba más allá de todo lo que siempre creí soñar, no en este paraíso tan extraño, donde casi todos los sueños se logran al cerrar los ojos, y la barca de papel continúa navegando a pesar de todo…
Raquel Rueda Bohórquez
Dejé mi ventana abierta para que entres. Iré a dormir sabiendo que estás por ahí, en cualquier vendaval, en una sombra bajo un árbol despoblado, cerca de un manso arroyuelo, navegando en una barca de papel igual a la mía, pero seguro esperando por mí, pero aún no te enteras.
Iré a dormir aunque estoy segura que me desvelaré un rato, más del tiempo acostumbrado, los ojos pendientes de la claridad de un nuevo día, pueda ser que me descubras; pero si no es así, no importa, será otro día para soñar, y mientras los sueños existan, sabré que estoy con vida.
Empezaré entonces a recordar a mis amigos, el tiempo donde creí que eras mi cielo y mis estrellas, renovando mi amor nuevamente y comprendiendo que eres al único que he amado, pero no cerraré mi ventana, estoy dispuesta a conocer el amor, otro amor; si no es aquí, al cerrar la tapa de madera, allí comprenderé que estaba más allá de todo lo que siempre creí soñar, no en este paraíso tan extraño, donde casi todos los sueños se logran al cerrar los ojos, y la barca de papel continúa navegando a pesar de todo…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
marzo 25/13