lunes, 22 de julio de 2013

MÁS ALLÁ[56]

MÁS  ALLÁ[56]

Un poco más allá de todo
donde aparece un punto azul
y el horizonte semeja una línea…

¡Bella es mi mañana!,
celeste el don de la vida
al clarear entre las montañas
de nuevo tu rayo de luz.

Más allá del viento...,
de la cumbre última,
del cerro alto como un triángulo
las estrellas acaricio
y el dolor se funde.

Desde mi roca caliza te detallo.
Navega éste pobre corazón
y se viste de los ensueños de un día,
para resucitar en versos
con un beso sobre una flor.

Más allá de los inviernos y veranos,
de la primavera radiante, después de la lluvia;
del fondo de una roca donde un diamante ocultas
más allá de todo, ¡más allá mi amor!...

Me trae la brisa un helado verso
y entre los destellos de colores
al despejarse la bruma,
sobre un arco iris de intensos matices
y un poco después de la tormenta,
alejado de las estrellas
en el centro de la fuerza mágica;

te alcanzo a ver, eres una sombra,
espejo que se queda para siempre
en el fondo de una cristalina fuente,
y un ojo vibrante lleno de vida
te susurra un verso.

Más allá de todo eso te descubro,
¡más allá!…

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 21/21   

QUIERO/A Pablo Rueda [57]

QUIERO/A  Pablo Rueda [57]

Quiero parir una flor para el viento,
resucitar de nuevo entre mis trapos viejos.

Elevar una oración por ti, hermano,
y llorar conmovida,
ante el aroma de la vida.

Quiero correr para abrazarte,
danzar de nuevo entre mágicas sonrisas.
Vida plena, salud, ¡retorna a casa!
y llévate de todos, añejas penas.

Quiero abrir mis alas y volar,
es rico navegar entre las nubes,
ver el naciente sol en las mañanas
y visitar tus ojos con sabor a luna.

Aprisa voy por el camino de la vida…
¡Detente!... déjame componer un verso;
me has regalado un collar de gris espuma
para entretejer rosarios con la bruma.

A pesar de todos los quebrantos
válido es darte gracias;
doblo el cuello y las rodillas
para sanar con mis perlas, tus heridas.

Retorna el Águila a su nido,
un colibrí besa una flor nueva
y en el aire se respira tu aliento
a rosas desnudas… ¡desvestidas!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 21/13 



SAN FRANCISCO DE ASÍS [58]

SAN FRANCISCO DE ASÍS [58]
   
Recordando a mi madre hermosa, hoy dijimos que siempre en nuestra casa hubo muchos animales, mi padre los amaba, mi madre mucho más, y esto nos enseñó un poco,  pero en el camino queremos robar su libertad y causar daño.

Antes nadie enseñaba nada, sólo quiero un ave prisionera para que cante, pero nunca pensamos en su libertad, ni en el daño que causamos a la naturaleza.

San Francisco tiene un mensaje de amor,  él podía hablar con las hormigas, amaba todo lo que tenía hálito, y si hay aliento en un ser, es porque también tiene alma, hasta las rocas la tienen.

Qué hermoso descubrir cada día un motivo para amar a Dios y respetar su obra, iniciando por quienes creemos más pequeños que nosotros, los reales ángeles que pueblan  el planeta.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 21/13

BUSCANDO [59]

BUSCANDO [59]

Día tras día buscando el amor
y Él estaba parado en mi puerta.

Hambres silenciosas
vigilaban mis manos
apretados los picos,
enjutos los pechos.

Como campanas de navidad
esperando un solo grano
que hiciera palpitar entre tantas cosas,
tibias esperanzas en un lecho de rosas.

Buscaba una razón de ser,
quería ser doctora,
bailarina, comerciante….

Entre tantos sueños,
no sabía lo que buscaba,
se quedaban atados a las ramas
como una pajarera
que robaba trinos ajenos.

Apresar en cárceles pequeñas,
los cantares de cualquier madrugada
sobre hojas de la primavera
y sentirme ser como ellas:
feliz y radiante en un sueño de picos y alas.

Buscaba en tus labios un poco de vino,
tus palabras de amor olvidadas,
el remanso de caricias sobre tu pecho
descansada en una barca navegaba.

Encarcelar luceros de nieve
que se desvanecían entre la corriente
ante mi angustiosa mirada.

El amor estaba ahí... ¡tan cerca de mí!...
Se adelgazan tus piernas, palidece tu rostro.

Un agónico sonido me trae tu aliento,
las flores pálidas se mueven aprisa
para deshojarse en cualquier momento.
Te busco ahora
en el vuelo de una paloma
en sus ojos brillantes y en su arrullo mañanero…

No puedo dejar que sigan hambrientas,
tengo un cristal lleno de granos,
será desde mañana,
si tu aliento vaga por mi casa
y estoy levantada temprano.

¡Ya no te buscaré más!...
El impulso de un ave alienta mis alas,
el llanto de una cigarra me invita a buscarla,
a callar con un beso tus labios violeta
para orar por mi hoy en tan dulce mañana.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 21/13  

EL ESCARABAJO/A Nairo Quintana [60]

EL ESCARABAJO/A Nairo Quintana [60]

Se estremece el corazón
ante la victoria de alguien,
y más, si uno de los nuestros se viste de gloria
en medio de su gran humildad.

Viene el sol con su gracia infinita
nos adorna de luz como ciertos días,
y se oculta temprano
para besar otras playas,
otras montañas con dulce ambrosía.

Cruza el sendero, el atajo,
el camino escabroso...

¡No temas a nada ni a nadie!
Ya aparecerá tu próximo ocaso
donde seas reina o rey,
en el corazón del alguien.

Los escarabajos suben y bajan la cuesta,
no les importa el atajo, la roca puesta,
se esfuerzan, se afanan
y al final del camino, la victoria,
como vencedores pequeños
que serán grandes en días aciagos.

Y llegó el muchacho,
el más pequeño ante la mirada de muchos,
pero Dios lo tenía para ser grande
entre asuntos de hombres,
porque el más arrogante
será mínimo ante sus ojos,
el más soberbio será pisoteado,
para dar paso a los humildes.

El escarabajo entregó  todo su ahínco
con su mirada puesta al norte marcado,
y al final del camino, las rosas, los besos,
champaña cual lluvia de perlas
que del cielo bajaran.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13 

LA PLAYA (61)

LA PLAYA/A LIDIA PEREDA (61)

“¿La playa, es orilla de la mar, o de la tierra? “ – (MAX AUB)

Inquietante pregunta me hace un poeta.
Entre arenas doradas la vida se quiebra,
entre rocas grises se decanta un lucero
envuelto en trajes de colores intensos,
si pálidos armiños, se engalanan de nieve.

Puede ser el fin o el principio de algo,
el inicio del mar… o el fin del mismo,
el atajo de un sueño entre brazos ardientes
con labios untados de sal de la vida.

La playa es el asiento de todos…
El camino añorado del rico, del pobre,
del perro que camina buscando unas sobras,
del ermitaño con casa prestada…

La playa es un principio, y el mar lo termina,
¿o será que lo termina el mar y la tierra lo inicia?
Entre lágrimas sobrevive arrogante y furioso,
y en las arenas se calma,
con largos y encendidos besos
de mojados labios.

En la playa se queda anclada mi barca
pero en el mar se aleja… /¡como un gran sueño!
con ese mutis silencioso viendo al infinito
donde las gaviotas comienzan danzas de amores
y en ellas se pierden.
Sí, tiene razón el poeta,
inicia la vida en la playa
más en forma de lágrimas salobres,
termina en el mar.

¿O principia la vida en el mar,
entre calores y gemidos
y termina en la playa,
con el mismo salobre y ardiente sentido?

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13   

TORTUGAS [62]

TORTUGAS [62]

Me volví adicta a tu amor,
a esas casitas pequeñas
que como rocas grises
caminan despacio,
buscando un helecho tierno,
un ramito de olivo…

¡Qué bellos mis niños!
Parecen trocitos de Dios
que viajaran conmigo,
y en sus inocentes miradas
un poco de mí,
camina contigo.

Son mi  idéntica copia
como un retrato vivo
del prodigio de alguien
que me regaló una casa,
un techo fundido en piel
para que nunca sintiera frío.

Y entre dura coraza
despacio... despacio...
…Sin prisas me pierdo,
me fundo en la arena,
me escondo
bajo un lecho de rosas.

Una hoja seca es mi amiga
y parezco una roca,
una divina roca ¡llenita de vida!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 22/13 


ME RINDO [63]


ME RINDO [63]

He visto hacia la ventana, un día nuevo, mis 54 inolvidables en medio de cantares y tristezas, mi hermano Pablo, preocupado por nuevos dolores y quejas, y afuera la misma danza bulliciosa de los fines de semana.

Ricos momentos a pesar de todo, un nuevo atoro en el corazón nos toma, una angustia como quien no espera primaveras, sino tibios veranos en alguna playa, en medio del bullicio de las gaviotas y los rapaces vientos que nos acarician o torturan, con pequeños granos de arena.

Me detallo al espejo, ¡qué veloz pasó el tiempo!... ¡qué blancos mis cabellos!... preciosos hilos de plata brillan con la luz del sol y sendas heridas se ven aparecer por mi rostro, las manos no son las palomas sedosas del ayer, pero los ojos conservan un inquietante brillo.

Ahí están mis lámparas verdosas, en las mismas cavernas que mañana no serán, mi boca en el mismo sitio, esperando sonrisas sin atajos, con palabras simples, todo armado como al principio, sin cojeras ni vicios, sólo un poco oxidados por el tiempo, pero en el mismo lugar donde se cultivaron orquídeas y brotaron lirios y azucenas, en ricos momentos de pasión.

Hoy dije: ¡Me rindo!, ante el espejo que tanto amor me da cada día, ahí está el alma de la señora que busca sueños entre la tormenta, y todos están atados a su ventana abierta, viendo volar flores y escuchando cantar ramas de palmera con la brisa, de sones salobres que vienen veloces y cruzan el apacible sendero de mi alcoba.
Doblo las rodillas ante tu amor… ¡Me rindo!...
Entrego todo lo que soy por los sueños de alguien, por un día más, por otros momentos en la playa viendo desde una roca, tranquila y serena, así como  marcha mi barca de madera, entre tupidas madreselvas y alocados vientos.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13  



VIÉNDOTE/A Carmen Carbunariu [64]


VIÉNDOTE/A Carmen Carbunariu [64]

Danzo cual grulla ante tu amor;
me desnudo, para que quiebres tu cintura en la mía
para que toques la guitarra que espera por tus manos
y te deleites, en un son de ojos cerrados.

Te veo en mis anocheceres de luna clara,
en las sombras que aparecen en mis sueños
y me arropo de livianos edredones de seda
entre grises líneas oscuras, donde mi piel te desea.

Viéndote día a día
quedo enmudecida en tu ventana
tocándote con mi carne al desnudo,
con otoños y primaveras apresados en tu cama.

Te invita mi piel fresca,
mi cabellera de colores platinados,
mis piernas deseando un abrazo de las tuyas,
mi cofre en espera de tu cascada.

Y de a poco, la pintora
con un lápiz, da finales trazos,
inmortaliza mis deseos en una blanca alfombra
y sonríe de alegría al terminar su obra.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13  




UN LÍDER [65]

UN LÍDER [65]

Un verdadero líder no se entretiene ni vacila;
camina con paso firme viendo hacia el norte
guía con amor, a quien valora su ejemplo.

Un líder no busca aplausos;
con aire de vencedor lleva la bandera
y en el sendero permite que otros la sostengan.

Un líder sonríe ante sus logros
que finalmente abren caminos para todos,
y al cruce  de esquina descansa,
para que otros sigan su huella
y se acomoden.

Raquel  Rueda Bohórquez  
22 7 13 

Publicado por  Raquel     en  21:02   

BELLEZA [66]

BELLEZA  [66]

Buscamos la belleza exterior,
pero es tan efímera y fugaz
como la de una mariposa.

Bellas son las aves,
hermosas las flores,
preciosos los paisajes /aunque no lo saben.

Soy bella porque puedo dar
hermosa porque amo,
linda porque respeto a mis padres.

No me ufano de lo exterior
ni de mis ojos cristalinos;
ni de mi corazón lleno de fuego,
ni de mi cabellera pintada.

Digo que soy hermosa
porque aprecio el don de la vida,
porque hablo con las aves del cielo
y comulgo con ellas en silencio,
agradeciendo por un nuevo día.

Una niña se sentía la más bella,
pero su corazón era pálido y sin brillo,
sus ojos y su boca eran altaneros
causaban sus palabras muchas heridas.

¡Niña!... Eres bella por lo que guardas
como la caracola en su casa de cristal…
Si descubres como es su interior,
así debería tu alma estar.

Es pasajera la belleza...
El tiempo implacable no perdona,
hermosa mi madre y  su olor a hierbabuena,
divinas y pacientes, sus arrugadas manos,
¡preciosa la sangre que corrió por sus venas!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13  

GOTA DE ROCÍO [67]

GOTA DE ROCÍO [67]


En una gota de rocío cabe el mundo,
en el oasis de mi corazón tu amor.

En la corriente inspiradora
que me hace bendecir por tus ojos
y agradecer por el sol
guardo el perfume de la ilusión.

Amor mío, una fantasía loca me asiste.
Guarda la vieja tus cartas
que se añejan en el baúl del tiempo.

¡Pero no importa!,
ahora todo es necedad,
apremian las palabras,
el tiempo se acorta,
enmudece mi voz y tengo miedo a no verte
aunque sea una vez más.

Al morir la tarde
se van lentamente mis amores
y me quedo viendo a sus ojos
que se mueven con leves temblores.

Cristales de lluvia congelados
sobre una blanca flor
ven ahora hacia la nada,
y en la nada se pierden con vos.

Parecen globos de cristal
que en las cuencas se alojan,
para al instante estar mansos
cual hojas secas que corren por el mar.

Siempre los guardaré en mi pensamiento.
Me gustaría tener en mis manos un libro
para inmortalizar tus ojos en él.

Así, entre mis sueños permanecerás
y con ellos navego hacia un mundo más amable
donde la felicidad sea amarte, sin perderles.

Una gota de rocío temblorosa
otra vez me hace enmudecer,
que mueran las bacterias,
pero que se quede Él.

Y en éste mundo de fatales sueños
la vida es como un leve cantar.

¡Mariposa triste!... busca otra ventana,
no suspires a mis negras rosas
que ellas se fueron a navegar.

Y la gota de rocío calló en mi boca
sal en tristes notas me hacen afligir.

Toma mi mano,
entíbiate en mi pecho,
¡pero quédate!...

¡No me hagas más sufrir!


Raquel Rueda Bohórquez  
Barranquilla, julio 22/13  


AMOR ES [68]

AMOR ES [68]

El amor no tiene principio ni fin,
empieza en los ojos
y termina en una tibia playa
donde palpitará mañana
un nuevo corazón.

Es el amor el azul del cielo…
Tu  negro cabello entre mis manos,
tus ojos decantados en los míos
y éste calor al pensarte
como lo más querido.

Es parecer una paloma entre tus brazos,
Que al temblar desea tu piel arder en la mía .

Es el cielo dorado,
Su radiante brillo copiado en el mar.

Mis fantasías al declinar el tiempo,
el cruce final  
viendo morir el sol en su ocaso.

Amor es el silencio,
los ojos desnudos al horizonte
sin el dolor febril de la carne
que ansiaba un contento.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13

REGRESO [69]



REGRESO [69]

Ahora regreso mi amor,
dame a probar un poco de tu boca,
déjame respirar de tu aire /me siento celosa.

Permíteme ver a tu luna y a tu sol
en tanto corro,
por una prisa que me toma.

Es claro el día,
la noche nos descansa.

En el brillo que descubro en tu mirada,
un nicho tienes para guardar mi alma.

Detalla hacia el morichal:
¡Qué verdes praderas!
¡Qué canto de cascada amor mío!
¡Qué olor a primaveras!

Esperaré tu regreso,
estarás oliendo flores del campo,
más no te enredes en los cardos
no sea que hieras tus alas en ellos.

Ven pronto que mi aliento te grita:

Lo escucharás gemir de amor
al susurrar del  viento.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, julio 22/13

DAYANA/ A Luis Eduardo [70]

DAYANA/ A Luis Eduardo [70]

Quiero un poema para mi novia,
primera ilusión de ojos negros,
palmera que movió mi corazón
al impulso de adorarla.

Para esa mirada quiero un verso,
para su boca que se quedó en la mía,
sus pechos que parecen tórtolas temblorosas;
para sus manos, una linda poesía.

Me enzarzo en su larga cabellera,
Que de noche oscura llega a la cintura,
y entre mis dedos jóvenes enredo,
como un adviento lleno de hermosura.

Un poema para la novia mía,
la primera, no sé si la última,
pero la que llenó mi corazón de fantasías;
por quien desvelo cada noche,
para dormir de día.

Y entre su boca, mi boca.
Mi delirio, su voz amañadora
mientras crece el tiempo en nuestro cuerpo,
cual rosa bella tatuada en la aurora.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 22/13