sábado, 26 de enero de 2013

ABRO MI VENTANA [12]

ABRO MI VENTANA [12]

Alzo la mirada,

pinos silvestres, aromas…
Encenderé primero mi lámpara
para detallar cada hoja,

escuchar cada sonido…

Un mar azul en los ojos de un niño
tan brillante y apacible descubro,
cual si las olas hubiesen tallado

en su iris una historia de amor,
y la vida en calma soñara,

con un mañana esperanzador.

La gran montaña me enseña sus flores
sus variadas gamas, despiertan margaritas
buscando la tibieza del sol

y un aire coqueto
se enreda en mi cabello viejo
para hacerlo bailar.

Un sonar trae la brisa,

plumas dispersas al viento
se mueven con delicadeza,

para que las mariposas dancen
y las hojas canturreen a su paso
una canción al amor.

Me antojé de cielo una vez más,
una manta de guirnaldas amarillas,
lecho tibio invitando a una oración,

y se enredan los picos con hilos de seda,
montan sus riveras, se juntan,  
y en un batir de alas
inician a cantar.

Ahí estabas…

Con una pequeña flor en tus manos,
blanca mariposa que al besar desaparece,
y entonces… quise mojarme en  tus labios,
deseé mejor tu pecho, tus hombros,
anhelé dibujar entre tu busto una historia
y entregar mis manos a sembrar caricias,
para que el tronco muerto despertara.

¡Despertó!, inició una rochela,
resucitó el muerto a la vida,
descubrió que más allá del afecto,

está el anhelo de ser correspondido.

Dejé caer todas las hojas secas…

Me descalcé, parecía pájaro mojado,
un traje raído ya no me pertenecía,
me arropé con un cuerpo de varón.

Así como se cubre el cielo con sus luceros
y la luna antojosa se roba mis amores,
me despojé de toda hipocresía, toda mentira,
dibujé castillos de naipes sobre su corazón.

Un aleteo de palomas me conmovió
pero cerré los ojos y me perdí en un oasis,
sin gritar ni aullar como loba.

Una vez más cierro la ventana…
Creo que llega la noche,
es hora de dormir,

hora de soñar
que mañana será la más grande promesa

si hay otro despertar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 26/13 

¿QUIÈN? [13]


¿QUIÉN? [13]
Carmen Lora. /Anderson/ Mi monito.


¿Qué puede empañar nuestro día?
¿Quién puede ponernos de hinojos?
¿Quién conoce lo que realmente somos?
¿Será verdad que existo?
¿Quién percibe  lo que necesitamos?

Mientras creemos averiguarlo, espero...
Sí... aguardo que sea verdad,

porque duele la vida
y más, saber que todo lo que existe

es sólo un  sueño prestado. 

Mi Monachito,



por siempre en mi corazón. 

Madrina.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 26/13

TU HUELLA [14]


Carmen Lora. Mi monito y su hermano. 

TU HUELLA  [14]

De tus ojos un recuerdo,
una sombra aparecida por mi estancia,
será vaga tristeza que nos asombra,
una voz parecida al susurro de la brisa,
una palabra no escrita en cualquier espacio,
una llamada extraña...

Si advierto que en nuestros sueños apareces
con ese anuncio de que nada es para siempre,
o que todo apunta a la verdad,

Ahí estaré de nuevo
viendo hacia tu ocaso;
recordando tu voz de niño grande
con esa mágica sonrisa
iluminándolo todo.


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 26/13

MI EXTRATERRESTRE Y YO [15]

MI EXTRATERRESTRE Y YO [15]

E.T  amaneció con los ojos brillantes

tiene resplandor de luna y sol,
ha dicho que lo más importante de su vida,
soy yo.

Seré la nave donde planeará eternamente.
Ha visto mis ojos,
juró que parecían girasoles virando al sol.

Aseguró que mis labios son duraznos maduros,
que mis pechos dos pomarrosas frescas
a las que les hincaría el diente sin desdén.

Ha visto mi cuerpo, dijo que era muy bello,
también que le sirviera un tinto calientico,
que su amor por mí trasciende las fronteras
y todo lo que llega a través de mis manos,
es un aliento para su vida lisonjera. 

E.T. acaba de salir...

No se despidió porque no quería interrumpirme,
no me dio un beso,
dice ama mis cachetes de marranita gorda
y no desea untarlos con su boca. 

Creo que olvidó algo:
Unas pastillas rosa,

¡Han de ser para el dolor de cabeza!

Poechito mi mor... ¡cómo sufre!
Ha de ser por eso, porque me ama tanto
que no tiene tiempo que perder,
sólo corre a trabajar como buey
para llegar en la noche cansado,
agotado y quemado de tanto quehacer.

Me doy cuenta que es un tesoro,
algo estaba empañando la relación,
creo que la culpable he sido yo...

Debo ser más paciente
esperar que las sombras se disuelvan.
A las 12 de hoy, mi vida tendrá nueva luz
y la de él, dejará de ser una sombra.


Sí,  una sombra que sale en dos
Y entra en cuatro.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 26/13






MI ÁRBOL [16]

MI ÁRBOL [16]

Un Rey ante mis ojos,
olí de su fragancia a fruta madura,

a flores iniciando su primavera,
a hojas secas que caen
y a verdes cual ojos de madre
que brotan.

Ahora que no está,

que puedo verlo ni tocarlo.
Deseo tenerle cerca,

pero no es posible,
no está, su tiempo ya pasó...

Queda el recuerdo de un árbol frondoso
algunas de sus frutas maduras cayeron,

son abono, y algunas semillas
serán copia y reflejo fiel de un viejo añoso
que contó estrellas y gotas de lluvia,
y todas resbalaron por su piel.

Algunas flores cayeron,

no fueron fruto ni flor,
sus semillas de nada sirvieron,
a pesar de todo, tuvieron su tiempo,
mucho o poco, destinado para ellas,
para que otras frutas jugosas perfumaran
y las aves atinaran sus picos
con grácil placer.

Me gusta el recuerdo de mi árbol... ¡tan frondoso!;

Sus ramas me abrigaron y dieron sustento...
Ya no están, pero me alimento con sus recuerdos
y la imagen que guardo en mi corazón

oculta con una sonrisa prestada,
bajo un lecho de hojas secas.

Raquel Rueda Bohórquez


Barranquilla, enero 26/13


SI QUIERO, PUEDO [17]

SI QUIERO, PUEDO [17]
Roca-Santander.

Si tú lo deseas lo consigues;
estoy segura de que se moverás el mundo si lo pides,
si pones ese granito de arena que falta
para que la justicia brille dentro de ti,
y puedas transmitir a otros,
que la fuerza está dentro de nosotros mismos,
y que Dios es parte de todo lo que existe,
incluyéndote.

Pareciera que el mundo está sobre mí,
que no puedo levantarme, 
ni  puedo tocar a esa sombra que me persigue,
pero en un instante,
si crees que tus alas no tienen fuerza,
un impulso venido de tu interior
o la voz de un algo incomprensible
te invita a la cumbre.

Levantas las manos,
te das cuenta que eran livianas
no era tan pesada tu carga,
la magia del destino se encargó,
ahora nada parece una roca pesada a tu espalda
que pugnaba por ahogarte.

Eres una pluma feliz
danzando en el viento.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 26/13 



SOBRE LA ROCA [18]

Casa sobre la roca

SOBRE LA ROCA [18]

Sobre la roca fuerte dejo mi vida,
ella me sostendrá en días inciertos,
¿no es cada segundo así?


¿Podemos estar seguros del próximo paso?

No será el que nos haga resbalar?
Sin embargo,

tengo la opción de levantar la mirada hacia las montañas;
allá están aquéllos que tanto amamos
y que hoy son esa estrella luminosa
que acierta con la luna en el anochecer.


He construido mi casa sobre ella…
Mi vida, una pequeña hoja que caerá al antojo del viento,
de esa luz en la que confío,
pues la certeza de lo que veo, me habla,
es el cantar de un arroyo que baja,
y el placer de ver sus aguas danzar en el cielo.
Son enormes ovejas que se transforman cada segundo,
miles de paisajes se dibujan de todos los colores,
para copiarse con dulzura en cualquier lago del camino
en donde la vida es el motivo,
 si abre una flor,  
aún en el anochecer.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 25/13



LOS DESPOJADOS [19]

LOS DESPOJADOS [19]

Nadie aprobará el verbo,
de quien sale de la montaña con cantares de luna,
ni admitirán sus alpargatas,
ni  que el guarapo ácido servido en totumo
sabe mejor que el más valioso de los vinos,
donde la estampilla, pone precio a lo de adentro.

¿Quién elogiará tus sencillas palabras?
No estarás ni entre los últimos,
tampoco entre los primeros,
porque no serás nada para nadie.

Has de valer por ti mismo
buscar entre los cantores dorados
el tejido que en tu humilde estancia
es más, que el de cualquier artesano,
pues nadie lo enseñó a hilar tan bello
y a fabricar un nido para su amante,
siendo el más seguro y el mejor trenzado.

De tus chocatos viejos nadie pregonará…
De la montaña donde el respeto por la vida no existe,
y a un amante de brazos curtidos y sonrisa franca
se le roba hasta su dignidad, y se chuta como balón viejo,
fuera de su propiedad.

No importaban tus palabras,  sino los actos atroces.
Aquéllos que doblegaban a punta de cosechas,
a lomo del mulo, y a fuerza de arar,
sabían que para ser fuertes estaba el yunque
que como al buey, fortalecían el cuello.

¿A quién importas?
Vale escuchar ese sonido de los guaduales
donde un tiple es la cintura de una mujer,
y una caña firme, se vuelve cantora flauta.

La verdad  brota de labios del campesino;
sus pies llagados de reventar rocas para sembrar
han formado una cerca,
para que nadie robe sus frutos.

Pero hoy los veo descalzos caminar
viendo de lejos lo que siempre fue suyo.

Hablaremos de lo mágico del sexo, de tetas, de nalgas,
de piernas provocadoras del más rico deseo,
pero de aquéllos, que ni hablar saben porque no los dejan,
de esos vagos, que hoy llenan las esquinas con sus harapos viejos
nadie opinará, pues muchos hasta se ruborizan.

Un camino de ovejas se divisa, a lo lejos, un pastor…
de esos que prometen cosas y piden mucho,
los que se creen Dios en medio de la pobreza de otros,
y se aprovechan de su dolor y necesidad.

¡Esos si valen!… ¡todo el oro que pesan!…
¡Qué hablen y sigan con sus mentiras!,
en tanto los despojados siguen balando.

Ahí van… la piel han secado para sus abrigos
la tierra es arada por fusiles y botas negras,
y un olor a sangre brota de la montaña.

¿Pero a quién importa?
Hace rato dejaron de ser poesía en los labios,
ni siquiera una elegía,
ni la sombra de un roble
qué extraña la dulzura de sus manos
y la bondad de sus pocas palabras,
que son dulce de durazno en la boca de sus mujeres,
y panales de miel, para sus hambrientos muchachos.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 26/13