lunes, 22 de agosto de 2011

NOSTALGIAS (6)

NOSTALGIAS (6)

Ya los afanes se alejaron,
el calor y los sudores
la brisa, los dolores ...

Tus ojos negros, tus besos,
tus amores andarán con tu negra.
Tus sonrisas grabadas,
que agitaron nuestros cuerpos
se esfumaron...,

se fueron los suspiros
enamorador de flores del desierto,
tinto caliente en tus manos
cigarros encendidos...

Pasaron los labriegos,
látigos, árboles caídos
sones de brisa y de campanas...

Quedaron aquí tus trabajos
cerca al manso río,
donde nace el sol y muere la tarde,
y la quebrada fría nos besaba,
el cántico del mirlo amado
los besos de mi madre...

Quedaron tus hijos
los viejos somos otros...,
retornarán las aves a sus nidos
y los jóvenes entonarán
tus profetizadas canciones.

Las viejas de amores durarán siglos,
tu tambaleante cuerpo,
tu dulce voz olvidada,
manos aún jóvenes,
tu Isabel García tallada,
mi madre no estaba...

Más siempre te vi...
Un beso en su boca, 
un solo abrazo multiplicado,
sonrisas compartidas
sueños en el mismo nido...

Ya no estás mi viejo querido,
más te sigo con mis dolores de parto
y las carcajadas  que no olvido,

tu  música que suena por siempre
con cánticos añejos
como el cántaro de hiel
que se vierte fiero...,

el que apaga nuestra lámpara
con suspiros de tristeza
y recuerdos esfumados
donde las horas son campanadas
con olor y sabor a nostalgia.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto  23/11

CANTORES (7)

CANTORES (7)


La lluvia no cesa, 
los cristales caen  y llenan de humedad todo;
los sueños continúan con el trinar  de los niños
que desde los cerros anuncian que mañana el día será claro.

¡Déjate hermoso!, déjate querer mientras los cerros se empapan,
la nieve fría besa las  montañas y arropan el verdor con sus linos.

Tus dedos tocando para mí la melodía suave y cadenciosa,
movimientos tranquilos, vientos de paz 
y una sonrisa nueva por brindar.

Libérate como el viento, 
déjate besar de la nevisca fría, ¡qué frescura!
la candidez de una mano te abriga y no la ves.

Mañana escucharás los trinos desde la sabana, 
felices parecen traídos del sueño de la felicidad,
nunca están tristes y su motivación son las olas del mar
el verdor de sus montañas, 
otros sonidos de alas que los llevan a cantar...

Ven cariño mío... ¡déjate querer!...
No han silenciado sus voces, 
siguen entonando melodías,
mis oídos escuchan suaves gorjeos 
y los veo saltar de rama en rama...

Ven mi corazón de fuego 
único amante en la bastedad de mis sueños, déjate querer...
Mira la nieve crecida en los cerros...,
te quiero consentir como las montañas a los jilgueros,  
así como aman los pentagramas los silencios, 
y mi corazón se llena  de espumas
que caen cual vertientes, 
y me llenan de fantasías nuevas.

Ven, recupera la felicidad, 
que tu rostro no esté huraño...
No estropees con tus palabras la fuente cristalina 
en donde bebes y retozas.

Danza con la brisa, 
no importa si no es para mi, sino por ti...

Sonríe con los cantares que vienen, ellos son gratis...
Observa el verdor de las praderas 
y el cariño que las aves se profesan,
más nadie les enseñó la tarea del amor, 
 y aún así son un gran ejemplo,
saben regalar cánticos desde el amanecer 
y divinas danzas antes de su entrega.

Después, en la sombría tarde,  
se abandonan  con un cálido beso,
se duermen y se pierden
entre las acolchadas nieves de sus plumas 
hasta el silencio del sol
sobre tupidas madreselvas, 
con el sonido de las palmeras que se mecen
y el olor de las orquídeas 
que no exigen nada al mundo
pero perfuman y entregan mieles,  
desde el estiércol de donde brotaron.

¡Libérate niño mío!, no te sientas viejo...
Contempla los cerros que no tienen edad
más siempre reverdecen,
se transforman con los cántaros cristalinos
que bajan del cielo y llenan de vida los desiertos,
hacen entonar cánticos de amor desde las heridas 
llenando el mundo de seres espléndidos 
que viven sólo para alabar
desde que nace el sol hasta el anochecer.


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 20/11

SER UN NIÑO (8)

SER UN NIÑO (8)

Publicado pors en agosto 21, 2011 en 12:30am

Déjame retozar como un niño 
mientras sueño en tu barca.
Se mueve suavemente y observo tu negra mirada;
salto, soy una gacela con el corazón triste,
más te alejas... sólo viajan mis sueños hacia ti,
besos de nieve son los tuyos,
brazos de aire sobre el mar...
Quiero viajar por entre las cascadas,
jugar contigo, ser un niño, pero más te alejas,
ni una suave palabra que me convenza
que sientes algo por mí.
No importan mis poemas
 si mis acciones no te llegan...
Vacío está el espacio,
la nieve me cerca y me cobija
y la música suaviza mis soledades...
Déjame ver tus ojos negros un instante...
Antes de que tu barca retorne sobre tus pasos
y los remos del destino te lleven a otro regazo...
Seré una niña bailando con traje nuevo, 
nadie impedirá vivir mis sueños, nunca envejeceré...
Lo harán los cerros y las piedras, los ríos y cascadas,
y aún siempre estarán renovadas con el paso del tiempo...
Mi hermosa barca se aleja,
 no le importa todo lo que duela tu ausencia.
Ha retomado el camino indicado por sabia mano,
más la mía quedó a la deriva, sin tus besos,
aquéllos que nunca fueron ni jamás llegaron.
Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 21/11