viernes, 23 de mayo de 2014

TESOROS

 No hay tesoro más grande que la verdad, con ella puedes levantar el rostro ante los poderosos, y tu palidez se tornará en alegría, cuando debas entregar cuentas al Creador.

¿Quién tiembla?, una hoja cuando la besa el sol, y yo, cuando aparece mi tesoro de alas blancas y me dice: Ven... mi oveja mala, yo te conozco más que nadie, ¿a quién has de temer?, acércate, que bajo mis alas estarás segura.

Y ahí es cuando digo: es verdad,¿porqué razón,siempre estoy llorando y temblando?, me levanto entonces y  arreglo mis pocas greñas, me limpio el rocío de los ojos, y enciendo un cirio, por ti y por mí, por todos, cuando la mañana termina y se acerca un divino ocaso.

Y ojo, no hay soledad cuando hay música  


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 23/14

POR UN AMANECER



POR UN AMANECER L4R

¿Qué darías por un amanecer?
Pegados del ayer permanecemos
no hay espinas en mi lengua,
ni espadas en mi corazón.

Vivir el instante es mejor,
déjame estar sobre una rama
como oruga hambrienta
deseando todo y nada.

¿Será que fabrico mi cárcel?
ya está, es mi cuerpo,
pero un día se abrirá la celda
y podré volar como un águila
sin saber la razón de mi vuelo,
y sin pretender averiguarlo.

Me cuido del sol del mediodía
de las brisas del invierno,
de bañarme bajo las primeras lluvias,
y de las espinas de los cardos.

El mirlo de nuevo en un despertar
anunciando que vale más la libertad
que todas las riquezas,
y que el bien único es la vida
con la salud como un premio.

¿Qué puedo dar por un amanecer?
Ni siquiera la vida, pues no es mía,
un paisaje renovado cada instante;
los pinceles de un Dios invisible
adivinado como luz entre las montañas.

Puede ser un silencio y contemplar
seguir caminando despacio,
y callar, mientras la gracia de un mañana
con la misma luz colada en la ventana
me hace despertar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,mayo 23/14



GAVIOTA 2


GAVIOTA 2

Aquí estoy amor,
Siendo gaviota,
Amante, o sueño.

Tan instante

Como un segundo
Atrapado en las olas.

Solo bullicio de mar
En un lejano cantar,
Sobre pálidas arenas.

Nace un verso
Pero muere al instante;
Se alejan pálidas y tristes
Siendo nubes ligeras
Que la brisa lleva.

A ti un soplo,
Melodías pasajeras
Cual plumas sueltas
Que por el mar pasan,
Y en mis ojos se quedan.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 23/14