EN MI ESPEJO
(2)
Estaba
pensando en mi turbio espejo, y en lo coquetas que son las flores para los
colibríes, y en esto se va el día, la primavera huyó aprisa, sin darnos cuenta
se va, como un suspiro en una flor, y nos quedamos viendo una sombra en medio
de un empañado lago, con una mirada que no adivina nada, y entre brumas y
sombras desaparece...
Se fue el
amor, más siempre pregunto: ¿qué será en verdad el amor?
¡Ay! ¡Qué
ilusiones locas, tan vanas y tan pocas!/ ¡pero tan deseadas!
Le preparo
un café a un momento, ¿quién está triste hoy?
Mi hijo
cantó para mí como un chorlito en pantano,
Y se quitó
esa barba que lo hacía ver como un ermitaño triste y solitario.
Aquí entre
nos, estaba muy deprimido porque se enredaron sus dedos en un punto y una coma,
y no salió su pentagrama como él deseó, a pesar de tanto esfuerzo porque todo
estuviera bien,
Pero a veces
las cosas no son como deseamos, el miedo nos achica, el temor nos acobarda, y
eso que nos creemos preparados para enfrentarnos al mundo.
Después de un
abrazo, ese ánimo fue de sonrisas,
¡Llenó mi
mundo su mirada!
Fue música a
mi alrededor, ¿qué más deseo?/pero deseaba, es inaudito
Esperaba una
tarde mecida en tu carne, deseando fueras mi hamaca
Bajo ese
mismo árbol de hace un siglo.
Añoré un
verano bajo las mansas aguas de un río,
Bañada en tu
lengua, como locos, tocando dizque lo prohibido,
Y me di
cuenta que me faltó pecar,
Me hizo
falta hacer el amor contigo,
Todas las
veces en que la carne lo pedía,
Y ahora,
¿qué pasa con ahora?,
Todo es una
ausencia de ti que me hace enmudecer.
Me faltan
tus ojos, añoro tu cabello negro, extraño esas carcajadas,
¿Ya para
qué?, todo se esfumó, pero mi hijo se parece a ti, es lo más extraño,
Como si al
engendrarlo te estuviera pensando,
Y al pensarte
estuvieras en mí.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 29/15