Mi
madre amada, últimas fotografías.
Te podrán eliminar del blog, pero jamás de mi corazón.
ORANDO
CON MAMI [40]
A
ti Señor entrego mis llaves.
Ésta vida que se agota de a poco, sin comprender la razón; los hilos invisibles de rojo púrpura, se tiñeron de blanco, pero mi alma entrego como prenda de tu infinito amor.
Ésta vida que se agota de a poco, sin comprender la razón; los hilos invisibles de rojo púrpura, se tiñeron de blanco, pero mi alma entrego como prenda de tu infinito amor.
Aquí
queda todo lo que fui, por si acaso no aprendí la lección de amor, devuélveme
un rato, en una blanca flor.
Entre
todos los silencios de mi vida, y todas las calamidades que se acercaron, en prueba
de fe, te dejo colgada cerca de la ventana, la imagen de María, a quien tantas
veces oré...
Quedan
German y Dorita, no los abandonen, ellos fueron para toda cruz, quienes calmaron mis dolores.
Un
reloj que no tenía pena en correr, una tacita de café, la veladora encendida
por mis hijos, y éste infinito amor por ellos, hasta que los vuelva a ver.
¿Aún
conservan el rosario?... No olviden que por él, muchas tristezas no fueron, y
tantas alegrías recibimos en familia, pues entre carcajadas y llantos, oramos a
pesar de toda inquietud que teníamos como humanos y hermanos.
Y
cuando sea la hora, no hay miedo ni temor, todo pasa, será una dulce quebrada
de hilos de plata, por entre las rocas más enormes, sin que sienta angustia ni
dolor.
Entre
todo lo amado, el amor hallé, y entre todo lo perdido, aquí lo encontré.
Bendiciones
a todos los que se cruzaron en ese camino hermoso, hasta éste paraíso inmenso y
maravilloso…
Se
acerca la hora de ver un nuevo amanecer... tanto al dormir, como al despertar, nunca
olviden a Dios agradecer por las pequeñas y grandes cosas, por el caminante
que pasa a tu lado, por quien toca a tu puerta, tal vez sea Él.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13