jueves, 21 de noviembre de 2013

ORANDO CON MAMI [40]

Mi madre amada, últimas fotografías.
Te podrán eliminar del blog, pero jamás de mi corazón. 

ORANDO CON MAMI [40]

A ti Señor entrego mis llaves.  

Ésta vida que se agota de a poco, sin comprender la razón; los hilos invisibles de rojo púrpura, se tiñeron de blanco, pero mi alma entrego como prenda de tu infinito amor.

Aquí queda todo lo que fui, por si acaso no aprendí la lección de amor, devuélveme un rato, en una blanca flor.

Entre todos los silencios de mi vida, y todas las calamidades que se acercaron, en prueba de fe, te dejo colgada cerca de la ventana, la imagen de María, a quien tantas veces oré...

Quedan German y Dorita, no los abandonen, ellos fueron para  toda cruz, quienes calmaron mis dolores.

Un reloj que no tenía pena en correr, una tacita de café, la veladora encendida por mis hijos, y éste infinito amor por ellos, hasta que los vuelva a ver.

¿Aún conservan el rosario?... No olviden que por él, muchas tristezas no fueron, y tantas alegrías recibimos en familia, pues entre carcajadas y llantos, oramos a pesar de toda inquietud que teníamos como humanos y hermanos.

Y cuando sea la hora, no hay miedo ni temor, todo pasa, será una dulce quebrada de hilos de plata, por entre las rocas más enormes, sin que sienta angustia ni dolor.

Entre todo lo amado, el amor hallé, y entre todo lo perdido, aquí lo encontré.

Bendiciones a todos los que se cruzaron en ese camino hermoso, hasta éste paraíso inmenso y maravilloso…

Se acerca la hora de ver un nuevo amanecer... tanto al dormir, como al despertar, nunca olviden a Dios agradecer por las pequeñas y grandes cosas, por el caminante que pasa a tu lado, por quien toca a tu puerta, tal vez sea  Él.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13










PENSANDO EN TI [41]

PENSANDO EN TI [41]

Me antojo de ti,
llega la noche y soledad mi compañera,
empieza a oscurecer,  llama mi almohada,
en silencio te nombro y te busco.

La música se anuncia,
los colores aparecen.
Una lluvia de estrellas sobre mí,
y tu irreal presencia me persigue.
Es la sombra que eres,
desde que no estás.

Un rico olor a flores cultivo para ti,
las sedas rojas de mi alcoba,
invitando a tu piel a mi desnudo.

El banquete se sirve entre besos ahogados,
juntando sales y tristezas,
te veo aparecer.
Hueles a limonares frescos,
a tierra húmeda, a bosque…
¿Para qué persigo el viento,
si eres lo que amo?

Tan lejos y  cerca de mi corazón
que cuando marchas,
me ahogo entre tu huella,
y si regresas,
todo se ilumina.

Adoro cerrar los ojos para soñarte,
temo despertar,
para saber que nunca fue,
y que jamás serás…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13




HABLAN LAS ÁGUILAS [42]


HABLAN LAS ÁGUILAS [42]

Se parece a mí en lo pálido del rostro,
pero algo tiene qué comulgar conmigo.
Han de ser sus garras que se aferran al lodo,
y deja huellas pequeñas al volar.

Se parece a mí,
en lo dorado de sus ojos,
/¿o será que los míos son grises?
Me gusta, parece un alma a punto de volar o despegar...

¿A dónde irá cuando el ocaso marche?
Tal vez vaya conmigo,
tan cerca de mí que pueda ser uno con él.

Se parece a mí en lo liviano,
tiene algo que me conmueve
en ese corazón suyo que no se moja,
que penetra el lago
y me hace soñar cada segundo
con un día mejor.

Se parece a mí en lo ingenuo
cree en todo y en todos y siempre lo engañan

Estoy seguro que mañana todo será diferente,
al salir de ese marisma y vuele conmigo lejos de aquí
donde sean tornadizas las rosas,
más no las personas.

Se parece a mí en lo claro de sus ojos,
y se parece a mi sombra
si extiendo las alas del pensamiento y te busco,
entre sueños que se quedaron en el camino
y en espejos de agua, al bajar del cielo...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13






SE VA EL SOL [43]

SE  VA  EL SOL [43]

¿Qué haré el día que no regrese el sol?
Grave será la oscuridad y el frío,
y tendré temor.

Todo ha de ser soportable,
pero no poder reír
sería el peor castigo.

Por eso me inquieto al pensar:
¿Qué haría si no veo al sol regresar?

Acuno el corazón contra mis brazos,
busco tus ojos cómplices
y sonrío a la noche.

Su amante imposible asoma el rostro,
es el de una niña contenta,
y su brillo mágico
se acompaña de estrellas
a pesar de estar sin su amor.

¿Qué hiciera el día que no asome el sol?

Estaré como la luna,
comprometida con la oscuridad,
y es seguro que al encender una llama,
en tus ojos, el sol regresará…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13


HISTORIAS DE MAMI ¡LOTERÍA! [44]


HISTORIAS DE MAMI

¡¡LOTERÍA!! [44]

Contaba mi madre que en su tierra, hace muchos años, un señor llamado: ¡XD PSSS OBVIO!, gastaba mucho dinero en lotería, trabajaba como buey toda la semana y casi la mitad de su salario lo gastaba en comprar boletos, porque él sabía que se la ganaría, y con ese pensamiento positivo, llegó a la ancianidad y todavía la compraba.

Cierto día enfermó,  sabía que su enfermedad era grave, pero vivió pensando positivo, "me ganaré la lotería mañana", y al día siguiente: “no fue hoy mi mañana, pero mañana... ¡seguro que sí!... "

Seguía laborando en el campo, compraba cuanta lotería le ofrecían, los loteros ya lo conocían y allá llegaban, día tras día,  ofreciéndole el premio mayor, pero su salud empeoraba, y llegó el momento en que no pudo trabajar más.

¡Y al fin!... ya postrado en cama, advirtió que su número fue el ganador, ésta vez una gran lotería, la más grande para la época, y el anciano, se dio cuenta que la palabra tiene poder y los pensamientos aún más.

Pero estaba muy enojado con la suerte, ¿para qué dinero, si él estaba tan enfermo, y tuvo muchos años de fuerza y juventud donde la hubiera aprovechado mejor?...
¿Ahora qué haría con tanto dinero? ¡No me crean tan marica que lo voy a regalar!, es mi suerte /pensaba el anciano, pero entonces le vino la gran idea.

Gastó su dinero en sanitarios, y los empezó a regalar en donde sólo había inodoros de hoyo, ordenaba su instalación y pagaba.

La gente empezó a cuestionar por qué el anciano gastaba su dinero en eso, y no en otras cosas más agradables, pero él estaba feliz con su obra, al fin y al cabo la suerte también se había burlado de él.

Le preguntaba la gente la razón por la que hacía eso con su dinero, y el viejo respondía: ¡¡PARA QUE SE CAGUEN EN MI PUTA SUERTE!!

Aunque en Colombia, es de buena suerte que una flor de pájaro caiga del cielo sobre tu cabeza.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/13




AMANECE [45]

AMANECE [45]

Es bello despertar, tal vez muchos  estemos cansados y agotados, otros apenas iniciamos la tarea de buscar la felicidad, pero aquí estamos un día más, para soñar y vivir a plenitud lo que nos toque en el camino.

Una sorpresa: escuchar  la música del bosque, aunque lejano, lo presiento lleno de sonidos mágicos y divinos. Hoy una que otra ave me acompaña y en mi árbol son felices, buscando cualquier cariño bajo las hojas.

Presiento que será un día lluvioso, besos pequeños bajarán del cielo y se convertirán en grandes arroyos que abrasarán el Magdalena, y apresurados los dos, correrán incansables hasta llegar a donde su padre, el mar.

Allá todo serán cánticos al Creador, las gaviotas se verán pasar, los alcatraces volarán con más afán que ayer, y las olas estarán agitadas danzando amores,  besando la orilla con su falda blanca bordada en perlas, que al instante marcharán, para repetirse en otras olas.

Y ahora, la tarea del día la hago con menos afán, sólo el de arriba dirá cuándo será el viaje, lo haré como  decida, /¿tenemos opción?, pero siempre, espero buscar una semilla y sembrar.

Bendiciones y cariños para todos, hoy será el mejor día si lo proponemos, abrir los ojos ésta mañana y ver a mis hijos felices, ha sido un milagro escuchar ésta melodía, la mejor oración para iniciar...
Por un amigo que hoy está preso, un jovencito, un niño viejo que debería estar en la universidad estudiando, pero la vida nos regala sorpresas cada instante y debemos doblar rodilla, nadie está exento de una mala hora, pero las lecciones deben ser aprendidas por los que siguen, hay que vivir con intensidad, pero sobrios, pues en medio de los tragos y el humo, se esconde una tragedia familiar cada día.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, nov 21/13






BENDITA LLUVIA [46]

BENDITA LLUVIA [46]

Si aparece la lluvia
la tierra se estremece,
mirarnos entretiene,
el tibio se vuelve cálido,
las manos se juntan,
los labios se besan…

¡Bendita lluvia!, ¡perlas claras!...
¿Serán lágrimas de un gigante?
¡Cómo riegan el mundo!
Acarician del bosque todo,
los arroyos se juntan
para ser uno con el mar.

Besan el rocío  las flores
y pienso en ti de nuevo,
hasta tu montaña subo
y allí cierro los párpados.

Despacio abren brotes,
las semillas revientan.
¡Ha retornado la lluvia!
Todo es verdor y dulzura,
las aves trinan felices,
vivos manjares saltan
y juguetean
con sus alas abiertas.

Una gota parece temblar,
son lágrimas de un niño
quien en su interior
copia del mundo
toda su inmensa alegría,

y corretea tras una cometa
que se enciende en lo alto,
dejando un hilo invisible
que parece susurrarle al viento.

¿Será la voz de un ángel?
¿Por qué estará enojado?

¡No te afanes niño!…
Es un cántaro de amores
que de las estrellas baja.

¡Sigue cantando!, ¡continúa corriendo!
Que tu cometa te llevará al cielo
ahí podrás ver cómo nace la lluvia
al juguetear en  los ojos de Dios.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13




LA VENTANA [47]


LA VENTANA [47]

Esa ventana guarda muchos secretos;
por ahí se coló mi amante
y me regaló su amor inmenso.

En un descuido de la luna,
encendió en mi pupila rojo fuego.
Mi esposo se había ido
a buscar en otra mujer consuelo.

Esa ventana es testigo de un amor lisonjero,
las tristezas se colaban por mis ojos,
a mi cuerpo ni siquiera una caricia
y a mis labios se negaba un beso.

Esa ventana me dijo un día: ¡ábrete sésamo!...
Hay para ti mil ricuras que te han negado.
En la noche más oscura, se coló mi navegante,
con un pecho henchido y muchas libras de carne.

Esa ventana es un libro abierto
que nadie ha leído…
Sus páginas son gemidos
de ahogados respirares
en tan hermoso pecho.

Dentro de una cascada
de gotas saladas
fui amaneciendo,
con el cantar del búho,
y el rancho  ardiendo…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13







YO QUERÍA JUGAR [48]

YO QUERÍA JUGAR [48]

Siendo niño, quería jugar,
preparaba un barquita de madera
que pudiera el mar surcar.

Tomé una hoja seca
y sobre ella una flor.
Era mi novia niña
a quien le regalé mi amor.

Soñaba, siempre lo hacía,
que entre nardos y claveles
ella sería mi vida…

Otro día preparé un tronco;
quise que fuera un tren,
tomé semillas de un árbol
para que rodara entre los pastizales
junto a mi barca de papel.

Junté flores para llevar a casa,
pequeñas orquídeas amarillas
y de un pinar sus semillas
para adornar un árbol de navidad.

Tropecé con la mirada del sol
que al atardecer se despedía:
¡Adiós niño bonito!
¿Vas a jugar conmigo?

Y presurosa corrió por la rivera
cual si fuera una doncella,
para quedarse prendida del cielo
con sus mágicas estrellas.

¿Será que el sol es la luna?
Siempre lo pregunté,
más solo me respondió
el silencio de las dunas…

Pero quería jugar
antes del resplandor.
Cuando mi pie quise levantar
no sé lo que sucedió…

Ahora tengo sólo uno
para rodar el balón…
Una muleta de madera
y los ojos de Dios
que palpitan en el cielo
con sus dádivas de amor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13


MI HERMANO/Alirio [49]



MI HERMANO/Alirio [49]

Mi hermano es un excelente escritor, poeta, historiador... es una pena que no todos lo saben, pero él ha dejado sus escritos aquí o allá, no le importa ser famoso, si no ser un hombre.

Entre los humos de un habano /de Cuba, que alguien le envía siempre, él compone versos entre sus orquídeas y bellas de noche, y se entretiene con su Azucena Portilla cuando su perfume ronda ante su mirada.

Pasan los días,  la montaña busca una peluca blanca con quien se adorna, bajan mirlos y toches hasta su hogar, ahí un viñedo se extiende, se consuela con el cantar de un arroyo que pasa cerca... y a veces lo ve llorar.

Mi hermano pudo ser un Renoir, estoy segura; porque una imagen ronda mis ojos, y lo descubro, como al pintor, entre lamentos de ramas secas y flores que abren sus pétalos al sol.

Pero ahí está como un roble, con sus ramas extendidas  donde se cobijan las aves, y cualquier tarde, un ermitaño tocará a su puerta, y él saldrá con una sonrisa a recibirlo.

Entre tintes rojos se destiñe la vida, pero el árbol fuerte se apoya en la sabiduría de las palabras.

¡Qué lluevan letras!, que surquen las montañas de Venezuela, porque allá está el hombre que se cultivó en éstas tierras, pero es allá, en donde están sus doradas hojas adornadas de luceros, acariciando la bruma que besa las montañas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13







APRENDIENDO [50]

APRENDIENDO [50]

Vale más tener una experiencia, que no adquirirla jamás,  las aves en su sabiduría dejan caer a sus pichones, para que ellos se impulsen y  eleven si el depredador los acecha...

La naturaleza es la gran maestra,  todos tenemos que aprender de ella; lo contrario, es ir contra las leyes de natura, tan simples y sabias, que no necesitamos leer un libro que nos enseñe a ser padres, ni enredarnos en más cuentos de sabios para educar.

Ahí están, sobre las ramas, en las praderas, dentro del agua,  los profesores...

He visto a una madre cocodrilo llevar a sus hijos en sus fauces para soltarlos en donde no hay peligro, de cerca los vigila, conoce sus gemidos y se acerca sigilosa.

Un ave se enfrenta a un gato porque desea robar a su cría, y el gato huye...

Al fin, el ave aprende que debe ser precavida, se cuidan los pasos, caminamos derecho y erguido;  siempre buscaremos mejorar para que nuestras alas no se quiebren.
Aprenderemos a planear si es fuerte la brisa, y  aletear  si es adversa...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13



SIEMPRE [51]


Mi hijo Kevin, en Puerto Colombia/13

SIEMPRE [51]

He sentido  miedo toda mi vida,
por eso duermo con una luz encendida;
pero es cierto que aunque la apague,
estará la luna colgada del cielo
y estaré en ti pensando todavía.

El viento me regala letras que atrapo,
que comulgan en mi blanca pared conmigo;
y de nuevo escucho sobre las ramas un mirlo,
parece un hijo que regresa a devolver un beso.

Siempre he sentido miedo a cruzar la esquina;
a las personas, a desnudar mi corazón;
sin embargo siempre lo hago
sin el temor a las palabras y sus  filos.

Al desangre del corazón me limpio...
Un pañuelo blanco me regalan las garzas,
una melodía cruzando en el viento
cualquier mediodía.

Un trozo de luz es una cortina,
parece extenderse si  estoy llorando,
pero si la descorro, eres tú,
asomado triste y pensativo
soñando otro día.

El miedo de a poco se aleja…
Más en las noches, siempre es lo mismo…
Algo se curva a mi espalda,
es una lengua en llamas, que seca mi garganta.

Algo deja de sonar en mi pared, /mi reloj está dañado
pero el tiempo sigue sin el son cansado,
¿acaso le importa?

Siempre… siempre he tenido miedo a todo,
me arrugo, me achico,
mojo en público mis calzones
y termino enojada conmigo misma.

Pero al susurrar su nombre
sin que nadie lo perciba;
el temblor en un instante marcha
y el corazón se agranda,
llenando mis ojos de alegrías
y la boca de cantares.

Raquel Rueda Bohórquez  
Barranquilla, noviembre 20/13



MI GOLONDRINA L3R [52]


MI GOLONDRINA  L3R [52]

Viaja mi pensamiento sobre tu montaña,
me llevas a conocer esas distancias
que se acercan con el corazón
y con el pensar se alargan…

Un ópalo brillante tus alas,
un diamante negro tus ojos,
una flor del cielo robando azules
y regalando al viento
sus perfumes…

Se embalsamaron las flores del campo.
Un traje nuevo te has llevado,
mi gentil niña de trenzas negras:
con el viento,
tus alas se han embrujado.

¡Qué suave canto el de la lluvia!
Qué dulces cánticos escucho en la sabana,
mientras las olas se despiden en la playa
dejando besos de sal
entre mi almohada.

Aquí sobre la barca de tu alma
mi golondrina azul,
son  pálidos mis anhelos,
que al caer la tarde se vuelven brillo,
cuando las estrellas forman un revuelo
y te veo sin mí de nuevo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 20/13





NOVIEMBRE 19/13 [53]


NOVIEMBRE 19/13 [53]

Bienvenida al mundo, Camila Díaz Rueda, hermoso día para nacer, el mismo día de nuestro ángel, felicidades.
Nace Andrea Camila.

Para la familia ha sido un día muy bello, estábamos muy tristes porque hoy cumpliría nuestro sobrino amado 23 años de vida,  estábamos en el cementerio iniciando la primera oración del rosario a las 4pm,  hora en que falleció Anderson después de su terrible accidente,  la noticia llenó de lágrimas a todos en medio de sonrisas y dolor.

¿Qué tiene de extraño?... Las casualidades de la vida, eso nos extraña, había dicho alguna vez el padre de la niña, que Anderson sería su padrino de bodas y el padrino de su primer hijo, nadie esperaba el nacimiento para éste día, pues el 18 de noviembre se anunció su nacimiento, pero no fue ese día realmente, el parto se alargó y nació el 19 de noviembre y lo tomamos como un mensaje divino.

Ese día mi hermana perdió el lente de sus gafas, casi cae, y ni siquiera se había dado cuenta, sólo cuando empezó a rezar, que le faltaba un lente, iniciamos a buscarlo creyendo que se había caído por ahí.  El cementerio es un parque enorme, pero empezamos a repasar por donde creímos andar,  para finalizar por el sitio donde hacía un segundo había pasado revisando, nada había.

Mi hermana Sofía dice: ¡Ojo Ruñío! /así llamaba ella a nuestro monito, porque alguna vez estuvo en una finca de sus tíos, siendo muy niño, y una serpiente lo mordió, él llegó muy pálido, el cabello se lo habían trasquilado y de ahí el apodo,  continuó mi hermana: ¡No se vaya a quedar con las gafas de Sonia, ojo!, y en ese instante, baja los ojos, y ahí, ante ellos estaba el lente...

Muchas casualidades ocurrieron, mi madre tenía una vaca, su vaca roja grandota y bella que amaba y nunca quiso que la vendieran, y ese día parió su ternero a quien llamaremos Camilo, con la finalidad de meter presión, para que le cambien el nombre a la niña que llamarían Camila, nos gusta más Andrea en honor a nuestro amor que está en el cielo.

Mi monachito ya no cumplirá más años aquí, ahora está en la eternidad, en ese sitio tan extraño... A veces pienso que nadie muere, simplemente el alma se enreda en un ave, o en otro niño que está por nacer, no puede ser posible que desaparezcamos, sería demasiado triste,  no creo que sea así...

Esperaré a morir y les contaré...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 22/13




A MIS AMORES [54]

A MIS AMORES [54]

Le escribiría un poema a tus ojos, mi amor,
a las mariposas amarillas que abren sus alas,
a la mágica lluvia de luz de un nuevo día.

Pequeñas flores blancas,
mis dulces amores:
¿están en el jardín soñado?,
o se repiten aquí,
con cada lágrima de mis ojos,
para llenar el mar de sales,
y el corazón de sueños.

A lo lejos escucho el cantar del bosque
entre encendidas flores y mágicos destellos de colores,
a donde viaja el colibrí sediento de amores,
y una flor se dispersa al viento,
como mis pensamientos.

Lluvia tempranera de mis ojos
que el trigal bendito riega,
y las flores blancas de corazón dorado viran al cielo,
en búsqueda de trajes azules que bajan,
y se enredan en un tranquilo lago.

Amor mío, mi niño de ojos tierra;
mi niña dulce, reposada en una banca de madera:
ahora tu sinsonte trina más hermoso
porque Dios se antojó que contigo estuviera.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 19/13




MI LUCERO [55]

MI LUCERO [55]

Son las 2.37 a.m.,
no puedo dormir, me desvela el silencio,
me atormenta la luna, tan callada...

Me desespera no poder cambiar lo imposible,
y me adhiero como una roca
a esperar que me bañen las olas del mar.

Te espero mi niña bonita, mi lucero…
Pareces estrella colgada de mis ojos
temblando de miedo sin saber por qué.

Y ahora, ¿qué me inquieta tanto?
Un desespero al no verte llegar
sin saber de tu brillo en mi hogar.

Sacudo del corazón los pensamientos malos
y te espero, sentada en mi blanca silla,
en esa pared donde palpitan los sueños
desvaneciéndose la vida de a poco
pintada en letras que van y vienen…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 19/13



MI ESTRELLA [56]

MI ESTRELLA  [56]

¡Qué bella la madre mía!
Tenía los ojos abiertos…
Buscaba una poesía para ella
pero en el silencio de la madrugada,
el sol apenas asomaba;
y en la palidez de su rostro me quedé
buscando a mi estrella amada.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla noviembre 18/13



CERCA DEL PINAR [57]


CERCA DEL PINAR [57]

Mamita con algunos de sus nietos. Anderson camisa a cuadros.

Un poco más allá
donde la temprana luz
con el vaivén de las hojas
se entretiene.

Allá las siempre vivas
son adorno que no envejece.
Entre lomas verdes habitan con la coral
que al callar sofocan la presa
que puede respirar.

Cerca del pinar
el frío viste de blanco las montañas
y arropa el valle con melancólicos versos.
Se entretienen las damas con hilos de seda
y pequeñas espinas en los dedos…

Habitan aquí las gloriosas historias que se fueron
bajo rocas talladas que son  recuerdo a sus vidas
en tanto, crucifijos vigilan desde lo alto,
que nadie destruya el paso de un águila
y su herencia se mantenga.

Por aquí pasaron todos…
¿Pasaremos nosotros?

No quiero cenizas al viento ni en el mar;
que vuelva a la tierra mi semilla,
y que no haya flores de plástico en mi portal,
sino que la hierba crezca para que bajen los canarios
y trinen siempre, si me han de visitar.

Más allá del pinar me esperarás…
¿O será que regresas entre un globo tibio?

A punto de reventar está el sol,
los ojos se iluminan una vez más
si al verte ya no eres un niño,
sino que entre sedas rosadas,
lloras fuerte y regresas  
aferrado de nuevo
a unos pechos de mujer.

Raquel Rueda Bohórquez   
Barranquilla, noviembre 18/13