martes, 13 de diciembre de 2011

EL RESPLANDOR (47)



EL RESPLANDOR (47)

"NO BUSQUES BRILLO DENTRO DE TI, SINO EN EL RESPLANDOR DE LOS DEMÁS"
 Éstas sencillas palabras pero de un gran significado me llegaron hace poco tiempo cuando una suave voz me despertó:  (aclaro que no era la de mi esposo), en medio de un sueño apacible, aunque suelo desvelarme mucho, enseguida me di cuenta que no era real y corrí a escribir las palabras que se quedaron grabadas en mi mente, las compartí ese mismo día a mis amigos.

Hoy es de esos días en que no puedo dormir y esas palabras vienen de nuevo a mi mente, como si alguien me dijera que debo decir algo sobre ellas. Estuve buscando una razón pero ellas sobran.

Aquí en el barrio Paraíso como en cualquier otro barrio de Barranquilla, de Colombia y del mundo, muchos niños y adultos persiguen y matan a los animales que encuentran en la calle, las iguanas ya no tienen sitio a donde ir pues las grandes constructoras arrasan con el poco bosque que les queda y los parques son mínimos, se roban el paisaje, les arrebatan su derecho a existir y nuestros árboles no les ofrecen ninguna seguridad ni protección ante tanta maldad sembrada en el corazón del hombre desde niño.

Ayer protegimos a una hembra hermosa y grande, ya le habían arrancado la mitad de su  cola, con un regaño espantamos a los niños que la querían matar y la guardamos en casa de mi madre para subirla a un pequeño árbol que ella tiene en el patio. Estábamos tristes de verla tan aterrorizada, la hicimos subir al pequeño árbol y lo hizo tan sumisa como si entendiera todo lo que estábamos tratando de hacer por ella.

Al rato llega mi esposo a contarnos que acababan de matarla y al rato otra inmensa, y cada segundo una en cualquier sitio, pues a nadie parece importarle la vida, ¿si es el hombre capaz de torturar y matar a uno de su propia especie, qué no puede hacer con las demás?.

No tienen derecho a vivir sus efímeros instantes, ni en el cielo ni en la tierra, éste es uno de esos resplandores que interpreto de mi sueño, esa tenue luz de angustia en los ojos de un inocente que me vio  suplicante cuando sintió que una puerta se abrió para protegerla.

Podría hablar de los niños de África, de Afganistán, de tantos que las mujeres voluntariamente abortan después de tenerlos en sus vientres y otros tantos que abandonan para que mueran de frío en cualquier basurero, pero la miseria del planeta es provocada por nosotros mismos, la solución está en nuestras manos y en manos de quienes se creen dueños de la tierra y del paisaje.

Mi sueño me lleva a bajar la mirada hacia ellos, ese resplandor de Dios en sus miradas inocentes, en cada árbol caído a propósito, en cada vientre reventado de la selva con  bombas y fusiles, en cada invento para someter y aniquilar el pensamiento para convertirnos en títeres de los poderosos.

Algo me trajo a decir algo por  el resplandor de una vida, de una mirada que clama justicia, de una boca que no puede pronunciar palabra pero con la inteligencia que nos fue dada y con el ejemplo que a diario recibimos de ellos y que cada segundo nos dicen: ¡déjame vivir! ... el planeta no es una escritura pública para el ser humano únicamente, nosotros también estamos aquí para el propósito de la vida que culmina al igual que la de  todos con la muerte.

Estos seres maravillosos y divinos merecen que bajemos nuestra mirada con vergüenza por los crímenes que a diario cometemos con ellos, "dizque inteligentes", somos señalados con sus miradas como los grandes depredadores y asesinos del planeta.

Todos somos responsables de las desgracias, de las hambrunas y de todas las miserias que nos aquejan, de sus angustiadas miradas en constante agonía. Nos creemos merecedores de todo, hasta del cielo donde las aves extienden sus alas y no les estamos dejando alternativa de árboles ni bosques,  aún para nosotros nos estamos despojando de todo lo hermoso y luego quedarán tumbas abiertas para que se llenen de lodo.

Pido a Dios en ésta navidad el verdadero "resplandor" que el hombre necesita para que no seamos las bestias del planeta, sino para que aprendamos a vivir con ese brillo que sólo habita en los inocentes, tan intenso y claro que brota de los animales y si puedes mirarte a los ojos con ellos lo habrás obtenido.

Sentir temor de Dios por nuestras acciones, estoy segura de que vendrá un gran resplandor más adelante, nos tomará con el rostro pálido, de rodillas cuando ya no podremos hacer nada, ni siquiera elevar  una oración por las bestias en las que nos hemos convertido por ambicionar más de lo que merecemos y necesitamos para vivir y convivir en paz con los demás.

Hizo Dios al hombre
Y nació el dolor...
Las aves del cielo, de la tierra
Los animales para que la poblaran
Para que el hombre viviera feliz.


Hizo a las víboras y las alimañas
Pero ninguna de ellas  se parecen a él...
Solo posee inteligencia y ésta lo ha llevado lejos;
Se ha convertido en la real bestia que habita el planeta 666

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 13/11

FALTÓ (48)






FALTÓ (48)

¡Si tan sólo por unos minutos o segundos
observáramos en detalle la mirada de un ave!

¡Si descubriéramos la suya en la nuestra!

Si al descuido nos hiciera llegar a su pequeño nido
o detallar tan sólo una pluma caída a nuestros pies,
alas quebradizas de una mariposa
plumas de un  gorrión.

Si el azar nos llevara a una pequeña hormiga
que corre veloz con su carga 
motivada por un impulso que creemos ajeno al nuestro.

Si tan sólo un segundo guardáramos semillas,
abonáramos terrenos con los desechos que tiramos
que no dañan ni contaminan.

Si bajáramos el rostro a ellos, a quienes creemos inferiores
y lo eleváramos al cielo al observar una gaviota volar...

De esta manera seríamos los animales perfectos de la creación,
¡Qué pena!, pero somos el peor daño que ha ocurrido,
algo le falló al Creador y no fue al caminante que pisoteamos
ni fue a la hormiga ni a la gaviota...

Faltó extirpar el odio y la ambición de un ser llamado hombre.
Faltó un cerebro como el de la hiena y un corazón como el de los perros;
faltó ese asombro, esa mirada llena de divinidad
que nos mira como un milagro.

¡Faltó!...

Barranquilla, diciembre 13/11

COMO UNA MARIONETA (49)

.COMO UNA MARIONETA (49)


Como una marioneta sobre el teclado
Soldado guerreando peleas ajenas…
Enterrador de llantos y caricias
Caballitos trotones, dulces bicicletas
Gimiendo de alegría en mi jardín…

Como un triste sueño que viajó…
Tú… yo… él…

Corazón que mueres con cada nota
Que motivan mi alma a pensar en ti,
En esa mirada que huyó temprano
Envejecida, bella y blanca como tu aura.

Esa piel tuya tan amada
Esa voz de alondra en mi ventana,
Esfumada en un silencioso vuelo de dolor
Quedando mi vida en espera de un reencuentro.

¡Corre!.. Busca tu caballito de madera…
Tus azules zapatitos de tela
¡Ven junto a mí!...

Serás quien toque 
Esa última nota de sol
Que al fin me hará retomar en alas 
Aquel sueño sin terminar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 13/11