domingo, 26 de marzo de 2017

EL TEMPLO/A una gallina (2) (A)


EL TEMPLO/A una gallina (2) (A)

Pasaba por ahí pensando en todo y en nada,
Cuando te vi fabricando poemas
Entre la hierba seca.

Todo fue emoción y el milagro estaba hecho.
Desde hacía muchos siglos la vida apareció
Pero los científicos no le echan la culpa a Dios.

Pasaba por ahí pensando en mi madre,
En los gansos, en los pájaros, /suelo pensar en ellos,
En los árboles que se van como la oportunidad y el sueño,
Y al verte, descubrí las plumas regadas,
El abono en la cúpula de una iglesia tan religiosa,
Que me arrodillé a verte.

Fueron escándalos de una tarde…
Gritabas y hacías alharaca, ¿pero a mí qué?

Solo pasaba y te vi,
Con tus juguetes afelpados
Que bajo tu ruana de plumas,
A cantar me invitaban.

Ese día tan solo pasaba por ahí,
Tan torpe y pensativa en nada,

En tanto tu poema estallaba
Y la primavera asomaba…

Raquel Rueda Bohórquez
21 03 17





PENSAR EN TI/A Mari Bertha Gonzalez (3)

PENSAR EN TI/A Mari Bertha González (3)

Al arrimo de un gajo,
Se enamoran los pájaros,
Y la única cerca que los separa
Son sus alas...



Pienso en ti cada día,
Se juntó el cielo con la tierra,
Se movió el árbol fuerte
Y cambiaron de lugar las estaciones.

Un día volaste sin mí,
Pero dejaste ocupado el nido
Con las plumas azules de tu ausencia.

Ha pasado el tiempo;
La eternidad ha tocado tu vida,
Pero en cada rincón del hogar
Dejaste el olor de tus manos
Y el sabor de tus besos.

Ahora voy por ahí,
La vida me ayuda con nobleza
Pues para otros es diferente,
Aunque levanten la cabeza.

Pensar en ti me llena de vida,
Los poemas nacen y se crecen,
Parecen el hilo que mana de la montaña
Y al juntarse en el camino, se vuelve enagua
Que sacude los juncos a su paso.

Nada es más cierto que el amor,
Y me has dejado la casa llena
Con otros ojos como los tuyos
Y un fresco olor a hierbabuena.

Raquel Rueda Bohórquez
26 03 17 

ALAS (4)

ALAS (4)


¿Por qué no dejamos que la gente se sienta importante desde su pequeñez?

Las aves nos enseñan, que volar, no depende de lo grandes que sean nuestras alas, sino del viento.

Los gorriones las necesitan cortas, los colibríes mucho más, pero su energía proviene de las flores que los animan y alientan, ninguno más que otro, sobrevive con lo que les tocó.

El águila, el albatros y las aves marinas, las necesitan muy largas, para que el mismo viento les ayude a buscar lo que anhelan.

El día es tan corto para vivir pendiente de los otros, que no vale la pena gastar balas en nuestros hermanos.

El día está soberbio y mi café de lujo, ayer sentí que tenía mis alas mojadas; que alguien las cortó a propósito, pero el milagro ocurrió y las nuevas tomaron el lugar de las viejas.

 Ahora me atengo a la fortuna del tiempo y a la sorpresa de otro despertar.

Raquel Rueda Bohórquez
26 03 17