viernes, 26 de abril de 2013

EN MI ALAR [25]

EN MI ALAR [25]

Estuve soñando que estabas conmigo,
mi casa tenía una alfombra de flores
y sólo vida, colores
en los que desnudé el alma y volé.

Estuve pensando que mucho te quiero
y sobre una rama fabriqué un nido,
mi pequeño gorrión de plumas azules;
y te vi volar con los ojos abiertos
parecía que el sol de tus mañanas
hubiese marchado
y veloz persiguieras lindos ocasos.

Estuve creyendo que también me amabas
pero una tristeza cala hondo mi corazón
y entre más te sueño, más te quiero,
y entre más te deseo... ¡más te alejas!
dejando en mi alma inmenso dolor.

Raquel Rueda Bohórquez 

26 4 13

BELLO TODO [26]

BELLO TODO [26]

Hoy todo es bello
todo es hermoso...
Combinan tus ojos
con el inmenso cielo.

Los gansos con los pastizales,
un potro salvaje con las montañas.
Tus labios rosados, húmedos y frescos
con mis salobres pestañas.

¡Qué bellos colores copio cada día!
Entre verdes y ocres
brota la vida,
y entre oscuras rocas
se bordan los sueños.

¡Qué lindo es todo!
El cielo con sus cóndores en vuelo,
las olas gigantes ante mis ojos
que se encumbran y elevan,
y al momento,
bajan la guardia,
para desnudarse,


como las amantes
sobre las cálidas
y doradas playas.

Raquel Rueda Bohórquez


26 4 13

AL VIENTO [27]

AL VIENTO [27]

Busqué  en cualquier bosque una lanza,
disparé una flecha, al atorrante Cupido,
bajó un coco desde su alta palmera,
y se quebró sobre una roca 

llamada olvido.

Y la torta gigante que mata mis hambres
con ese bendito color de los días inciertos;
mostró que era más que un lucero,
y con una oración 

calmó mis desvelos.

El niño gigante
de grandes silencios
guardó la espada;
lloró con los vientos
para que alguien escuchara
de su agónico pecho,

que ya no tiene a nadie
a quien cantar sus lamentos.

Raquel Rueda Bohórquez 

26 4 13

VERDES [28]

Julissa 2

VERDES [28]


Al  color de los ojos de mi reina
linda madre soñadora y risueña;
a los verdes esmeralda

de los bosques de mi patria
teñidos de sangre y desesperanza.


¡Ay!, ¡me duelen los verdes de mi madre!
Se desnuda el corazón ante su llanto.

Manantial silencioso déjame un trino
a donde vuelen tus alas de colibrí
y se vuelvan esmeraldas sobre los pinos.



Los verdes son esperanzas de un día
y orquestas del mañana.
¡Cómo sufren mis robles amados!
Caen los viejos amantes desnudos,
lloran por los montes y corren a los ríos.


Mis verdes lagos de árboles vestidos
tan divinos eran, en ese ayer que marchó.
Cuántas sendas heridas desnudaron tu alma,
mientras quedo gimiendo ante tanto horror.



Se copió el verdor de ojos de madre,
se quedaron conmigo

en mis pequeños vitrales

que hoy lloran gotas amargas;


son hiel que nos cubre
sobre grises mortajas,

que bogan en silencio
sobre las aguas…


Raquel Rueda Bohórquez
26 4 13


LOBA [29]

LOBA [29]

Como una loba camino,
ando y desando en tu búsqueda.
Me dejas viendo un queso dorado
y aullando desesperada.

Chillo en las noches,
espero que llegues,
que hables…

Desnudé mi corazón y ahora lo siento,
ahora temo por lo que dije.

Cual rama al viento me dejo llevar,
me antojo de silencios en primavera
y de blancos eternos 

donde no éstas.

Cual  loba triste habito,
entrégame una sonrisa 

para continuar...

Raquel Rueda Bohórquez

26 4 13

NO IMPORTA [30]

NO IMPORTA [30]

¿Acaso me importa, caballo altanero,

que tus risas resuenen al paso del viento?
Se cubren las altas montañas de nieve, y observo tus pasos,
me desvelan los ojos del cielo 
con sus brillantes estrellas.



No importa que mis nubes sean grises,

después vendrá un precioso aguacero de besos,
vendrán encendidas violetas,
y un cantar sobre desnudas pieles.



¿Acaso después de un día, no viene la noche?

Me arropo de lirios blancos cualquier mañana,
me quito la venda que tengo en los ojos
y entrego a quien me ame,

las perlas del alma.


¿Acaso me importa que vayas por los montes?

Hay muchas potrancas de paso ligero y livianas ancas.

Las mías las tomará el más valiente, 
el más arrogante,
y mi relinchido escucharás 
aunque hayas marchado.


Raquel Rueda Bohórquez
26 4 13

CORRIENDO [31]

CORRIENDO [31]

Si dejas de correr,
descubrirás que tu precipicio era yo.

Cuando decidas hacer un alto en tu camino
chocarás contra las rocas, para aceptar,
que estabas más loco que una cabra,
y más arrogante que un caballo...

¡Jajajaja!... No sé, así salió, así se queda.
Pero deja de correr  caballo chúcaro,
¿no ves que después del precipicio
viene un cálido mar?...

Sigue corriendo,
verás que siempre estuve ahí
esperándote sobre la ola más alta.

Raquel Rueda Bohórquez

26 4 13

DESNUDA [32]

DESNUDA [32]

Me quité la venda ante ti,
de nada sirvió...


Te declamé mi amor
y los cuatro vientos lo entendieron.

Esperé por años en un jarrón olvidado
pero tus ojos y manos fueron ajenas,
ni una gota de rocío sobre mis labios.

Me cansé de esperar un amor que no era mío
era de las palomas de la calle,
de las garzas que se roban las noches,
de los perfumes caros,
a costa de mis lágrimas.

Hoy estoy aquí viendo hacia ningún sitio,
me arropo con la misma sábana
que abraza mi desnudez.

Un silencio me topa al descuido
una vaga sonrisa que huele a vejez.

Raquel Rueda Bohórquez
26 4 13 



MATANDO EL TIEMPO [33]

MATANDO EL TIEMPO [33]


Hoy me propuse matar el tiempo,
y recostada a tu espalda,
una rocosa pared que se antoja de mis llanos
no me deja trepar por hilos que cuelgan,
pero vagando, sólo vagando por ahí
encontré el amor que anhelaba.



Herí la noche con mis nostalgias
sin poder dormir tampoco.
Me levanté un poco la falda,
los días pasan, las noches largas;
los pies descalzos y la brisa
sin importar el mal tiempo,
me toman de nuevo con mis tristezas.



Quise entonces fabricar un verso
y sobre mullida cama que ayer fue un árbol,
soñé con aquéllos días y noches
donde la mansedumbre se volvió hiena
y la amistad una terrible condena.



Confiar es mi debilidad, también mi azote.
Con el tiempo me he vuelto torpe,
caen las hojas de un leve otoño,
una primavera que marcha;
un ocaso antojado de miles de colores
tornasoles que el tiempo roba
veloz y aprisa, mientras lloro.



Y me descanso ante tus ojos,
una sonrisa leve tal vez provoque,
en tanto los acíbares de la vida

tornan en besos que ya no fueron…


Y entre mi dolido pecho
se bordan rosas que se deshojan,
así también, las falsas palabras


que ya no duelen.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 26/13 


NO IMPORTA [34]

NO IMPORTA [34]

No importa cuánto tiempo espere,
no es la impaciencia,
soy una roca
tan fuerte, que las gotas de lluvia  me besan
y se arropan sobre mi pecho las primaveras.

Pienso que tal vez no esté tan sola
estoy conmigo y con eso basta...
Un tiempo blanco, eterno silencio,
rico en dulzuras, rico en metáforas.

¿No es acaso la vida una hoja en blanco?
He de llenarla con mis sencillas letras,
no bastan los diccionarios para conocer
de mis tristezas.

No es suficiente saberte lejos...
Es letal comprender que nunca te tuve
y entre mis sueños navego de nuevo,
dejando que mi aliento se lo robe una estrella
que pasa veloz sobre las nubes.

Raquel Rueda Bohórquez 

26 4 13 

REGALO DE MÓNICA LORENNE

REGALO DE MÓNICA LORENNE

..Qué decirte amiga?
vos y tu voz de distancia, cercana
me atrevo: a esas barandas
que hacen fuentes y fuertes subyugantes 
para quienes aún creemos en el escucharnos

apoyo sin distancias, en fin

las que contienen cada historia,que hacen manos
sopa, témpanos, dones
costeando el espíritu
los hechos , las caras y el fruto
como bolsa; bolsa loca, remota y presente
como la dicha y el verso, y forma
la sola proporción, exacta, medida
donde la belleza de luz,y vibra
hoy y brebajes
tal vez , casualidades, o
mi pura ignoracia "Planes
de un tal "Señor" con lógica y poesía, vida
nos pegó...
Y si la cosa ,enriquecida
nos he y cosa que pucha de aliento
que bueno! facultad de hablar en verso
distancia y corazones abiertos! por eso
y más
...qué decierte amiga?

M.L. 26/04/2013

para vos Raquel y a tu (Colombia)



Lorenne Benìtez (Moni)

SI ME PREGUNTAS [35]

SI ME PREGUNTAS [35]

Si acaso te quieres enterar
que ante mi pálida ventana
que se llena de luces cada día,
te esperé: te diré que sí. 

Que cada frase abierta
con el desparpajo propio de mis debilidades,
fueron un triste duelo moribundo
que de amor se antoja cada segundo…

Así  la noche de tupidas estrellas y diamantinas sombras,
donde las luciérnagas se hacen el amor
ante la luz de sus brillos internos,
y el sonido del silencio alcahuetea esos cariños…

Todo fue verdad, nada mentira,
la claridad desnuda,
sin más enredo que mis torpezas,
sin más sendero que tus brazos.

Si me preguntas si te amé,
tal vez no haya pasado, ni presente…
Letras y letras, atrás, adelante,
invocando las mismas oraciones
y los repetidos versos,
con distancias infinitas
donde el amor se aleja
y el dolor se queda…

Verbos que se oscurecen son las naves a lo lejos,
y las gaviotas que hoy fueron blancas
arropadas de un destino incierto.

Todas locas palabras,
arrogantes y altaneras,
creídas de la ilusoria vida
desparpajadas
desnudas
empelotas…

Mi loca cabeza a ratos,
a ratos mis manos,
de nuevo mis pechos
otra vez tus labios…

Y perdida en tus ojos para siempre:
¡Oh negra oscuridad tan amada y tan lejana!
Antojada la vieja rosa de pétalos,
de camas sembradas de violetas,
de ardientes suspiros que se roba el día
donde están los párpados cerrados,
y las manos ocupadas en otros Lares,
más no en el mío…

¡Oh amor!...
 Despierta cada noche en esa torta dorada,
que a su antojo como puta de los valles me desvela,
pordiosera de amor,
triste y lejana cometa de los vientos…

Si te antojaras de mí
no serían tan largas mis noches,
ni tan ardientes mis ojos en sus desvelos…

¡Si alguna vez lo hicieras!…
Si creyeras que en mis palabras 
no hubo enredos e hipocresías,
donde otros afanes 
despojaron de mi huerto lo que creí mío,
y otras garzas de colores entibiaron tus miradas,
y se elevaron altaneras,
cual cometas tras el sol de la tarde,
pero vanidoso y esponjado
cual pavo de buche soplado, de mí reías.

Aquí el alma está sin traje,
acompañada de un túnel que arrojó mi carne
a un sendero purpúreo y tibio,
así en medio de las nalgas rojas de mi madre
empapada de esa sangre
que como río violento cayó sobre mi rostro.

¿Qué más quieres que te diga?,
pero fue ella mi único amor,
jamás por otro cambiaría,
y de nuevo besaría su trasero de madre divina.

La palidez torna de nuevo,
el calor de unos pechos endulzados de blanca leche marchó,
para quedar una mariposa al viento,
donde el amor pareciera naufragar en oscuras aguas
y senderos donde anida la mentira.

¡Ay vida! …
Esos gritos inconscientes de dolor
que palpitan como un tambor,
son el corazón de una paloma herida.

Así estoy, así me siento ,
con tus grandes lanzas
que causaron terribles llagas.

Si preguntaras…
Pero el silencio es amigo y amante cualquier día…
Los vacíos lleno con su aliento, con la voz de la noche,
divisando a lo lejos esa estrella radiante que toma mis ojos,
abrazados con ese cariño de sol de cada verso,
para advertirte sobre la montaña
y ser parte de algo elevado como un alcatraz,
que al surcar el cielo se transforma en águila.

Si me preguntas
te diré que nada está por encima de Dios ni bajo Él,
pero si alguna vez quieres saber si te amo,
la respuesta se la dejo a la brisa de tus mañanas felices,
en otro jardín, donde no estaré…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 26/13