miércoles, 23 de mayo de 2012

ORACIÓN POR MI MADRE

ORACIÓN POR MI MADRE   L3R

Dios mío: hoy no quiero nada para mí, ya me has dado más de lo que merezco, has llenado mi estancia de todas las flores, las más amadas y consentidas, me has levantado cada día con una oración que muchas veces mis labios no repiten, con las caricias que tantas veces no he devuelto, con la infinidad de besos y palabras dulces y con el aliento en mis días de aflicción sobre ese regazo que has donado a mi vida, el tibio y blando regazo de mi madre. 


Hoy con el corazón humillado, de rodillas ante ti que eres el Rey verdadero, ante quién no hay orgullo, ni pereza ni desánimo, que eres esa lámpara encendida diariamente en todos los ojos, en todas las alas que se levantan desde el amanecer, a trinar, en las cascadas incansables de tus ojos, que riegan día a día éste planeta tan olvidado,y donde el hombre pareciera haber perdido su norte, pues su vida gira en torno al dinero y a pisotear a los demás, olvidándonos tantas veces del único motivo por el que nos enviaste: el amor. 


Ante tu luz que está en todo sitio donde te invoque, que eres la única gloria; quien merece nuestros honores, vengo a pedir por la salud de una mujer que muy bien conoces, la que día a día pasa cuentas y sus labios sonríen ante cada amanecer, esa señora que supo parirle a la vida todos los hijos que plantaste en su vientre y los recibió como un regalo tuyo, y ha vivido una vida en humildad y generosa entrega; a ella que hoy está aquejada por una enfermedad que quiere vencerla, tú eres la vida, el aliento la fuerza, la salud, te pido tu mano poderosa por su cuerpo en éste momento, que se renueve y esta enfermedad la abandone y abandone a quienes están con ella, sólo tú eres la salud en la enfermedad del cuerpo y del alma, y es a ti al único que me atrevo a pedir algo si miedo ni temor al rechazo.


Tú eres mi Jefe mayor, mi pintor, mi músico, eres el todo por quien vivo y existo y es tu voluntad la que debo acatar, pero mi corazón me lleva a hincarme hoy ante ti para rogar por ella, que me dice que aún quiere vivir, que ama la vida, ama todo lo que plantaste en su viña, y eres padre generoso y bueno que escucha en tiempo de aflicción, y conforta en el mismo a tus hijos buenos, y ella aún casi sin aliento no tiene otra palabra en sus labios sino tu nombre: JESÚS.

Amén.

Raquel.

Barranquilla, abril 24/12


MENTIRAS



MENTIRAS

Soñé que esculpía en los cerros de tu pecho
Fantasías alocadas para hacerte divagar…
Que tu piel era el murmullo de las olas
Y con mis manos dibujé mis te quiero
Volando como amante atormentada,
A la lujuria de mis dedos.

Quién de mis anhelos un suspiro advierte…
De tus labios mi sedienta boca
Viene la mañana y me roba tus suspiros
Y de nuevo el vértigo y beso tu frente.

Ahí has quedado… tu brillo ya no es mío
Me ha llenado de picazón el cuerpo…
Tus brazos abrigan éste desierto mío
Donde ayer las olas hicieron nido
Y marcharon veloces tras su cometido.

Qué has hecho… no ahuyentes de mi amor las quejas
Los gemidos que finjo me hacen sonreír
No te creas… ya el ayer se lo llevó tu desidia
Y ahora sólo imagino lo que me robó el tiempo,
Queriendo hurtar a la luz de las luciérnagas
Las vanas noches que conmigo no estuviste.

Cierra bien la puerta… ¡más no la golpees!
Ya no habrá mentira en mis labios,
Mis gemidos quedarán aquí cerca a mi almohada
Cuando a solas… solo a solas advierta
¡Cuánto me amo!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 23/12

EN TU MIRADA

















Imagen: Garzón-Huila, Colombia.

EN TU MIRADA

Alguien nació con éste vicio… el de tu amor.
Desde temprano, cuando con su cantar anuncian un nuevo día
Veloces surcan el cielo las aves, el brillo del sol tan cálido aparece
Las cascadas me incitan a correr, a navegar por mi fría estancia,
Presurosos vamos por éste incierto camino de la vida, 

pero siempre anhelantes de más…

Observé el gran pez como un volador y salpicar de diamantes su acerada piel,
Y detallé los cerros de nívea espuma revestidos, donde el azul era su traje de fantasía
Y el verdor eran sus faldas y sus montañas, las cañadas donde se vertía el fuego
Convertido en lluvia de espuma y brisa sobre las rocas desnudas.

Me arrulló el iris a su paso, como una furiosa serpiente enamorada
Y se agitó conmigo al descender desde el cielo y me nubló de nieve la mirada…

Recorrí de nuevo aquél mágico terreno desértico, las dunas donde siempre estabas
Y en tu orilla tropecé con las olas y la playa que por mí esperaba.

Navegante soy… sólo eso… me extiendo como parte de un infinito que lo es todo
Beso las flores del camino con exquisito afán mientras un terciopelo de colores
Se abre como abanico para besarlas y adorarlas…

Me sentí cansado aquél día… tenía mucho dolor de cabeza…
Dije que quería descansar un rato… sólo un rato;  ¿no me escuchaste bien?
Me plantaste en el cerro más alto, donde los arenales me confunden y todo es mágico
Aquí las montañas hablan de amor, no existe el dolor ni el llanto…

Decidiste vestir mi cuerpo de alas blancas, y sumiso acepté tu voluntad a pesar de todo,
¿No eres acaso el dueño de mi vida?
Te la entregué sin desearlo, pero así, aprisa como sucedió,  no hubo negación; ni una sola palabra pronunciaron mis labios,
Y mis ojos te miraron tranquilamente… mientras volaba… volaba hacia la magia de la muerte y descubrí que estar aquí… es la verdadera vida.

Los observo tristes y no comprendo; deberían saber cuán feliz soy, ayer ya no existe para mí…
Y estoy aquí, viciado de tu claridad y enamorado de la eternidad de tus azules.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 22/12