lunes, 21 de noviembre de 2011

ME GUSTA (24)

ME GUSTA (24)

Me gusta sentarme a pensar en ti,
hablar de amor aunque el dolor me ciegue,
mirar los amaneceres radiantes y plenos
y cerrar los ojos ante un beso tuyo imaginado.

Me gusta la arena en tu boca,
los pelos que faltan en tu molondra,
la comisura de tus labios prietos,
tus brazos morenos tierra
y ese andar majestuoso de caballo prieto.

Me gustan los ojos de las margaritas
cuando ven hacia tu espacio,
los girasoles agradecidos 
que agachan la cabeza
al declinar la tarde.

Me gusta... ¡me gustas!... ¿para qué negarlo?
Te robé de musa, asalté tu espacio con mis sueños,
enredada en sedas rojas contigo,
entre perfumadas violetas y azahares.

Me gusta que comprendas
que es para ti este poema,
el que nace cada mañana
y es tibia cascada
que se pierde en suave aurora por mis venas.

Me gusta... ¿qué importa?
Nada interesa que no me correspondas
pues quererte de esta manera,
ayuda a calmar mis penas.

Barranquilla, nov.21/11



ESPERÁNDOTE (25)

Liz Nayibe Álvarez Rueda (Sur de Chile).

ESPERÁNDOTE (25)

Te esperaré donde nace la cascada
y los pinos refrescan el ambiente. 

Te soñaré
si una gran fuente cristalina 
recorre mis lares prestados
y evapora los malos sueños.

Te esperaré en la colina nevada, 
donde aún retoza el venado
y se escuchan los grillos y las ranas 
en un trinar de locos,
 el canto de las aves se confunda con la brisa 
y el sol penetre suavemente 
por las hendiduras de las rocas.

Te esperaré en la más alta del camino,
sobre un leño envejecido 
de quien nadie contó su historia
de ramas sin memoria, 
sin proclamar que allí  nacieron amores
y anidaron golondrinas, 
que hoy sobreviven en rústicos tejados.

Te esperaré siempre mirando al norte...
Sé que me encontrarás, 
que mis pensamientos entenderás.

Que sobre frías manos
estarán las tuyas, 
sin importar estaciones,
tiempo ni espacio...

Mis ojos serán candiles 
buscando tu firmamento
encontrándote en un rayo de fuego 
que penetra en oscuro pantano...

Te esperaré aún si mi fase ha terminado.
Sobre laderas que pisan tus pies, 
caminaré a tu lado
disfrazada de gorrión, 
de águila  o mariposa.

Descansaré cerca a  los manantiales que ven tus ojos
y sabrás que tu tiempo no era tuyo, 
ni mío tampoco.

Y al desvanecer mis sueños 
en el cristal de las aguas que arrogantes pasan
lanzándome a la vera del camino,

te esperaré aún así, 
pues habré comprendido al fin
que alguien me miró con amor,  
desviando tu sendero
para que estuvieras conmigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 21/11