viernes, 10 de marzo de 2017

EL CAMINANTE/A Edgardo N (13) (R)

Mis flores

EL CAMINANTE/A Edgardo Narváez (13) (R)

El ayer pasó pronto, te vi aparecer
Y un ramo de rosas jamás faltó sobre la mesa.

Tantas idas y revueltas, caminos y carreras
Con el afán escrito en la frente
Y el amor bueno tocando tu rivera.

Siempre te vi como al hijo, /al amigo que no ha dejado de ser.
Pero un día el camino se volvió rocoso,
Palidecieron las rosas y se quedaron las espinas,
Pero no todo fue malo, para eso eran buenas las aspirinas
Y el dolor formó callo en el corazón.

Una lucha de caballo libre y entre el error y la esperanza
Un andar con tropiezos y más tropiezos
Lidiando con la suerte que imaginamos ajena,
Porque al tenerla cerca la buscamos afuera.

¡Ahí estás!, la torre de París, las chicas libres,
La maracuyá que un tanto creció tu hombría
Pero luego la humildad de tu cuna
Hizo florecer otra vez al hombre que eras.

Jamás se me dio la gracia de un abrazo,
Y los honores se los llevó el viento,
Los zapatos rojos que alguna vez quise regalarte
Se quedaron para otros pies sin dueño.
Sé que llegarás alto, lo ruego y lo contemplo,
Porque un hijo bueno es como un amigo
En malos y prósperos momentos.

Habrá invitación a festejar contigo,
Tal vez el destino nos marca por fuera
Pero las heridas se quedan por dentro,
Y otro inicio después del panorama
Que después de las olas se dibuja en el mar.

¿Querías un poema?
¿Qué más puedo decirte?

¡Gracias!, siempre gracias por aquellos momentos
Que entre carcajadas y sueños nos juntaron,
Pero que por el mismo motivo nos alejaron.

El ayer retorna, pero el destino es incomprensible.
El mañana será un paisaje bello:
Manos pequeñas se ajustarán a las tuyas
Y en esos momentos habrá un recuerdo,
Un preguntarle a la vida: 

¿Por qué?

Raquel Rueda Bohórquez
10 03 17


Querido Edgardo, soy una vieja de palabra, te aprecio mucho, te deseo la mejor de las suertes, sé que con ayuda divina lograrás todos tus sueños, espero ser invitada de honor, porque los zapatos están pendientes.