Mi hijo Kevin, en Puerto Colombia/13
SIEMPRE
[51]
He
sentido miedo toda mi vida,
por
eso duermo con una luz encendida;
pero
es cierto que aunque la apague,
estará
la luna colgada del cielo
y
estaré en ti pensando todavía.
El
viento me regala letras que atrapo,
que
comulgan en mi blanca pared conmigo;
y
de nuevo escucho sobre las ramas un mirlo,
parece
un hijo que regresa a devolver un beso.
Siempre
he sentido miedo a cruzar la esquina;
a
las personas, a desnudar mi corazón;
sin
embargo siempre lo hago
sin
el temor a las palabras y sus filos.
Al
desangre del corazón me limpio...
Un
pañuelo blanco me regalan las garzas,
una
melodía cruzando en el viento
cualquier
mediodía.
Un
trozo de luz es una cortina,
parece
extenderse si estoy llorando,
pero
si la descorro, eres tú,
asomado
triste y pensativo
soñando
otro día.
El
miedo de a poco se aleja…
Más
en las noches, siempre es lo mismo…
Algo
se curva a mi espalda,
es
una lengua en llamas, que seca mi garganta.
Algo
deja de sonar en mi pared, /mi reloj está dañado
pero
el tiempo sigue sin el son cansado,
¿acaso
le importa?
Siempre…
siempre he tenido miedo a todo,
me
arrugo, me achico,
mojo
en público mis calzones
y
termino enojada conmigo misma.
Pero
al susurrar su nombre
sin
que nadie lo perciba;
el
temblor en un instante marcha
y el
corazón se agranda,
llenando
mis ojos de alegrías
y
la boca de cantares.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 20/13
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