VIEJO
RELOJ [127]
El
viejo estaba guardado
Era
la sorpresa esperada
Como
una joya escondida
Sin
ser valorada.
El
viejo se quedó conmigo
Anuncia
un nuevo día con amor
Mueve
sus alas como cóndor en vuelo
Animoso,
con alegría sin freno.
Una
gota en un cristal anunciará,
Que
el viejo seguirá con sus pecas
Esas
manos ajadas escondidas,
La
sabiduría del tiempo en cada herida.
No se
guarda nada...
Se
quedaron muchas almas ahí
Sus
huellas pasean en mi hogar
Los
escucho... Un joven rubio,
Una
niña que murió siendo primavera
Alguien
que llegó a vestir de rosas blancas
Un
jardín y con sus lágrimas tocó madera.
Me
enseñó que una estrella de cinco puntas llegó a casa
Pero
que dos puntas arriba son maldad, ¡nunca la hagas!
Serán piernas abiertas de un hombre,
Y una
punta en la cumbre,
Es la
cabeza del rey en tu estancia
Parado
firmes sin dudar de tu sombra.
El
viejo reloj vino para quedarse
Cualquier
día volaré y mis huellas estarán ahí
Como
las de los vencejos del ayer
Que
ahora han retornado
Y sus
cánticos como sonares de ángeles
Llenan
mi soledad de alegrías.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
enero 4/15
10-491-97
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