miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Y LA OCARINA? [118]

¿Y LA OCARINA? [118]

A mi hijo le regalaron una ocarina, es un sonido tan hermoso, que deseo aprenda a interpretar melodías para mis poemas, con ella.  Kevin Cepeda mami te ama, que descanse tu espíritu cuando tu boca aspire la voz que se nos regala, cuando estamos más callados, y permite que Él hable, a través de tus labios.
¿Le miente acaso el cañaduzal a la flauta?, ¿le dice falsedades el corazón del cactus a quienes desean que su alma cante?, ¿le inventa chismes la madera al tambor, y la piel de chivo cuando decide sonar como un ángel?
La música es el mejor poema del viento, llena de alegría los rostros cuando proponemos con ella un verso al amor.
Dile sí a la música, escucharla desde el amanecer a los maestros de la felicidad, sin importar lo pálido que amanezca, cuando un beso ardiente de sol, decide el pentagrama. Al tocar las flores y las alas de un colibrí mueve las cuerdas del alma, para que suenen versitos libres en medio de flores encendidas.
¡Ah Dios!, creo que has inundado mi vida de poesía, que me has llevado al rincón del silencio, para que descubra que no hay bien mayor que tu paisaje, y los aires de princesa que danzan alegrías, cuando presentimos que llega un frío del norte, para aliviar el intenso verano, que parecía quedarse en nuestros hogares, más un calmo beso tuyo, enciende, arriba de todo, una lámpara que jamás se apaga, la del amor…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/15
10-491-97
©


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