INTRODUCCIÓN
A LA SHEILA (poemas enero 2015)
Mis poemas de Enero de 2015
han tocado el misticismo que le faltaba a mi existencia, he podido perdonar,
muchas heridas cerraron, y me perdoné también, muchos errores en el camino,
aprendí que el odio enferma y que el perdón sana y olvida.
Mi poesía me lleva a pensar
que no hay odios contenidos, que pude
apreciar un poco más la vida, y vi algo más entre el viento: la grandeza de estar en éste momento único e
irrepetible, en un estado de situaciones que se viven en el mundo, de guerras, desigualdad,
y hambre, con un grito que no cesa de injusticia con la naturaleza y los seres
más indefensos que la habitamos, como son los niños de todas las especies y los
árboles de todas las montañas, que he tratado de olvidar tanto dolor para dirigir un poco la mirada a
ese profundo yo, que busca el desapego de las cosas mundanas.
Un recorrido sencillo por
mis letras los llevará al amigo, al abrazo que faltaba, al perfume que se
regala y al beso esperado que al fin llega.
Finalizar con mi viejo
reloj, una sorpresa grande de sonidos especiales en mi hogar, y el abrazo de un
hermano, perdonándonos, ansiando el nacimiento de un cachorro, buscando entre
las hojas secas el amor, y ser bendecidos por la nieve, no tiene precio.
Una página en blanco se
abre cada segundo, como un caballero de nieve que espera caricias en poemas, y
doy gracias a Dios por ello, pues mi vida se llena con pequeños sonidos de
hojas que caen a mi puerta, a pesar de que el amor que siempre anhelamos nunca
llega, pero está el más importante, que es el iniciar por nosotros mismos,
valorando la belleza circundante y agradeciendo de rodillas por un día más para
Esperanza, quien se abandona lentamente
a la voluntad divina y por el nacimiento de Iván, como un dulce regalo que se
abriga de pechos de madre, y le sonríe a la vida con renovadas fuerzas.
Raquel
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