CONTADOR
DE HISTORIAS 2
EL
VIEJO VÍCTOR [85]
Había
una vez un viejo cascarrabias,
con
furor reventaba todo a su paso,
de
sus enojos quebraba tiernos jarros
para
finalmente quedar desnudo
tan
pálido como un lirio,
o
una pluma de garza al viento.
Ese
viejo se enojaba con todo…
Mataba
gatos para sonreír,
disparaba
a cuanto lagarto pasaba;
su
escopeta se inflamaba en sangre,
sus
ojos botaban chispas de alegría
si
a un poeta llorar veía.
Cualquier
día caluroso
en
medio de un púrpura oscuro,
con
los ojos muy abiertos y la boca fría,
encontraron
al viejo…
Fueron
tantas las heridas
que
no pudo gritar y nadie le pudo auxiliar,
pero
dicen, que se escuchan todavía maullar los gatos,
cantan
las aves en los almendros
y
muchos lagartos nuevos rondan en su estar.
Anidan
serpientes sobre gigantes conos grises
donde
se fabricó un arma, para cegar la vida,
y
con una sonrisa se sentó a contemplar.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 12/13
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