BUSCANDO
[59]
Día
tras día buscando el amor
y Él
estaba parado en mi puerta.
Hambres
silenciosas
vigilaban
mis manos
apretados
los picos,
enjutos
los pechos.
Como
campanas de navidad
esperando
un solo grano
que
hiciera palpitar entre tantas cosas,
tibias
esperanzas en un lecho de rosas.
Buscaba
una razón de ser,
quería
ser doctora,
bailarina,
comerciante….
Entre
tantos sueños,
no
sabía lo que buscaba,
se
quedaban atados a las ramas
como
una pajarera
que
robaba trinos ajenos.
Apresar
en cárceles pequeñas,
los
cantares de cualquier madrugada
sobre
hojas de la primavera
y
sentirme ser como ellas:
feliz
y radiante en un sueño de picos y alas.
Buscaba
en tus labios un poco de vino,
tus
palabras de amor olvidadas,
el
remanso de caricias sobre tu pecho
descansada
en una barca navegaba.
Encarcelar
luceros de nieve
que
se desvanecían entre la corriente
ante
mi angustiosa mirada.
El
amor estaba ahí... ¡tan cerca de mí!...
Se
adelgazan tus piernas, palidece tu rostro.
Un
agónico sonido me trae tu aliento,
las
flores pálidas se mueven aprisa
para
deshojarse en cualquier momento.
Te
busco ahora
en
el vuelo de una paloma
en
sus ojos brillantes y en su arrullo mañanero…
No
puedo dejar que sigan hambrientas,
tengo
un cristal lleno de granos,
será
desde mañana,
si
tu aliento vaga por mi casa
y
estoy levantada temprano.
¡Ya
no te buscaré más!...
El
impulso de un ave alienta mis alas,
el
llanto de una cigarra me invita a buscarla,
a callar
con un beso tus labios violeta
para
orar por mi hoy en tan dulce mañana.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 21/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario