Bienvenidos a mi blog, una experiencia de sanación, proyectándonos hacia el planeta verde, y el respeto que debemos al derecho de existir de los seres que nos acompañan en éste corto viaje por la vida. Gracias por ser parte de mi pequeña historia REGISTRADO DNDA REGISTRO AUTOR COLOMBIA
miércoles, 11 de abril de 2012
EL ROSTRO DE JESÚS
EL ROSTRO DE JESÚS
Tanto me han pintado tu rostro de tristeza
Que la sangre derramada pareciera perdida en éste reseco huerto
Púas grises de rosas encarceladas, que yacen antes del sol de tus mañanas
Brotan como manantiales tus dolores, se quebranta mi alma…
La pena nos hace voltear el rostro en días inciertos…
La alegría, el furor, el odio, la envidia los abusos
¡Qué bien nos llevan al olvido!
Tanto te han pintado con el rostro triste… pocas sonrisas dibujadas
Y aquél infinito azul donde a pesar de todos señalados somos
Unos tules de un color indefinido, unos rostros que mueve la brisa
Tan cambiantes, tan efímeros… como éste tiempo que nos diste.
Tanto lloran en mi selva los amantes mutilados… sus sonrisas muecas
Los ácidos que queman nuestras pieles desde dentro…
Y éste maldito dolor que nos carcome… pero que tal vez sea
Por tanta indiferencia.
Tanto brotaron los lirios de tus valles… tantos manantiales abusados
Tanto el hombre llora, se arrodilla, se arrastra con cebos encendidos
Gritando en pocos días tú nombre a los vientos
Para que escuches atronadores sonidos…
Mientras los cánticos de la selva agonizan con los venenos de la inteligencia
Y cada día desaparece una flor, un ave, una planta
Y las hojas no abonan tierras nuevas.
Tanto cielo mío, hermoso rubí tallado entre las rocas
Brillo de diamante que se pule con tus propias lágrimas
El olvido y la pereza para amarnos… ¡tanto te mató Señor…!
Que en estos días en que a una oración hemos de inclinarnos
Es demostrado también que si aún llegaras en ese caballo blanco
Y aunque los dolores de parto nos aquejaran de nuevo…
Ante el furor del consumismo aterrador que nos devora
Un crucifijo se plantaría… de acero con púas que explotarán tu piel
Y así… embrutecidos y soberbios, arrogantes y altaneros
No veríamos los amaneceres que cada día nos pintas…
Ni las aves que surcan el inmenso cielo, buscando un refugio de verdosos brazos
Y con tus alas extendidas tu grito agónico de nuevo…
Haciendo brotar el llanto… ante las cuentas que debemos entregarte.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 6/12
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