miércoles, 11 de abril de 2012

SEMBRANDO DOLOR


SEMBRANDO DOLOR

¡Ay amor que quebrantas la dulzura!
Se ha opacado el brillo de la luna sobre las olas
Y en éste largo tiempo donde se visten de negro las amapolas
La sangre roja tiñe de dolor las rosas
Y vestidas de blanco se arrullan las palomas.

No te detengas en llorar penas ajenas…
No te arrinconen las iras de los malvados
Soporta, aguanta, espera…
Como la roca que en silencio guarda,
Tibio diamante de mágicos colores.

No te apresures a llorar, no habrá quebranto
Sólo la dicha de vivir un bello instante
Cúbrete de alegría… alegra el rostro
Dibuja esa sonrisa tal vez negada
Que sobre un lecho escarlata se dibuja
¡Y levanta tu cruz ¡…no es tan pesada…

Has visto el tigre que en acecho espera
Nadie le ha entregado a él las dagas
Viven dentro de sí… sin más maldad que su propia hambre
Sin más temor… que sus propios gemidos
Y entre los verdores que cubren sus afilados dedos
Masajea la piel… se nutre de ella… y no emite ni un sonido.

Calla ya que tu dolor es solo sombra
Una huella callada, fría y oscura
Ya se levarán mañana cometas de colores
Cuando alguien pase y deje una flor sobre tu sepultura.

Deja que lloren a sus muertos…
Las piernas volaron… los ojos se perdieron ¿a quién importa?
Chorros de sangre abonarán desiertos del camino
Mientras florece un nuevo cactus entre las piedras del sendero
Ellos bajarán mañana el rostro… su iniquidad los cubrirá
Llorarán por sus propias vidas mientras los abrazan cadenas oxidadas
Y el juez en caballo blanco mostrará su única balanza.

Mira sus piernas de palo… sus ojos de vidrio
Ellos declararán en tu contra cuando el hombre te juzgue
Bendito Dios de justicia severa… no habrá silencio, no habrá calma
Cuando a tu casa llegue el dolor… y también te cubra.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 4 abril/12

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