ORGASMO POÉTICO (31)
El pecado arrimó su falo
Y la puta con la decencia en sus enaguas
Lamió la carne y escupió luego
Cual si vomitara.
¡Ay del hombre!...
¡Cuánto pecado al probar lo marcado!
Sin importar que la desdicha implora
De sus manos tan solo una caricia.
Ruin y vagabundo
Atesora los sonidos guturales
De un instante tan efímero
Como la muerte en pleno,
Que ha preñado de palidez el rostro
Y ha sepultado a los ojos en sus cristales.
¿Qué hago pensando así?
Es que la tarde es larga,
Languidece conmigo, y la gata blanca,
Con su colcha de seda me acaricia.
Viene el recuerdo de tantos años,
Nada me acobarda ahora.
Para mí, escribir es hacer el amor,
Y el placer que siento
Se escurre cual semen tibio
En medio de una carcajada.
¡Putos y más!...
Vayan a coger a sus perras,
Y ellas siguen lamiendo la hierba
En tanto voltean el trasero
Y la paz se hace,
¡En medio de tanta guerra!...
Raquel Rueda Bohórquez
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