Estoy aquí con el alma dispuesta al perdón; mi silla blanca
de siempre, una pared pálida que espera una caricia en letras, y al fondo imagino
un bosque muy verde. Hay un caballo trotando, las gallinas corren con sus
pollitos y el festín alegra la mañana, el rumor de la quebrada me acerca a tu
boca y nos apretamos las manos, las juntamos, nos vemos a los ojos y volvemos a
nacer, inicia a llover... Hay música, demasiada música entre los árboles y bajo
las rocas, para ser verdad tanta dicha.
SIN CONDICIONES (42) (R)
Si me respetas, te amo
Si no te mofas de mí, te quiero.
Si me tratas como deseas ser tratado
Más te amo y más te quiero...
Pero el amor no condiciona,
Ha de ser libre como un ave,
Ser una cascada que ha brotado
Sin pensar siquiera
Que una hiena beberá de ella,
O que un colibrí tocará sus alas
Al sentir el amor entre las flores.
Si me abrazas te abrazo,
Si me regalas rosas, te doy mi afecto,
Si caminas como deseo, te respeto.
¿Quién dijo que el amor tiene amarres?
Es así, temprano como un madrigal,
Es así, dulce como probar la miel desde su panal.
Dime que el día es maravilloso,
Que lo que hago es agradable,
Que eres la mano que levanta
Y no la que araña.
El amor es sublime,
Dios es amor, somos esencia de Él
¿Entonces, por qué razón me odias?
¿Qué hice para ganarme tu desprecio?
Te perdono y me perdono,
Me convierto en el manantial que calme tu sed
En la lluvia que moje tus párpados,
En el abrazo de hermanos
Que aún, a pesar de lo tarde,
Jamás nos hemos dado...
El amor es así, un sonido de campanas
Rumor de agua pasando por sobre las rocas,
Fragancia de un jardín mojado
Que invita a las aves y a las mariposas
A danzar y a cantar entre sus pétalos
Y luego volar hacia el nido invisible
Que espera con una madre
Para abrazarnos a todos
Con sus alas.
Raquel Rueda Bohórquez
14 9 16
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