OJOS DE TIGRE (6)
En la boscosidad,
Agitando el cañaduzal ocre y verde,
Ahí estaban tus ojos;
Parecían broches en la noche.
Sentí tu calor, ese que paraliza entero.
Luego te movías, lentamente,
Con tus garras fieras escondidas...
Paralizaste mi corazón…
Cerca de mí pasaba un saíno,
Mi pañal estaba húmedo,
Chorreaba espesura por las rodillas temblorosas,
Y el ojo de tigre fue visto por primera vez cerca de mí.
Una raya traspasaba esa lámpara que iluminaba la noche,
Y con una fuerza desleal superior a la víctima,
Entre sus garras la vida se zambullía
Y el rojo se esparcía por mi pequeño mundo.
Una mirada con desdén, ¡grrrrrr!, reía de mí, / ¡lo sabía!,
Parecía decir: ¡para carne dura un tierno saíno es
sabrosura!
Y se perdió luego, jamás lo volví a ver.
Pero ese recuerdo todavía me asusta
Cuando estoy alejada de todos
Y las cañas en la noche,
Empiezan a temblar.
Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16
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