PALABRITAS 30 06 16 (3)
1
Aprendo que hay días en que todo se va sin hacer ruido, que
la gaviota extiende sus alas y nada de ella quedará en el cielo, porque al
cruzar del viento, sus huellas se irán con él.
2
La soledad sucede si nos sentimos solos en medio de una
multitud, pero la libertad es cuando nada nos importa esa multitud y
continuamos siendo felices estando solos.
3
Quien se empeña en criticar todo lo que otros intentan, es
porque tiene "cierta pulga, en cierta parte" que no lo deja ver lo
bueno que hay en otros, pues una ceguera llamada "envidia", lo
mantiene crucificado.
4
Si encuentro las acacias florecidas, y en tus ojos ese amor
que te invitó a mis pechos y a mis pocas alegrías; sólo ahí entenderé que nada
es fortuito, porque no me enamoré de tus ojos, sino de la mirada del ayer,
antes que el veneno dañara el alma, y el cuerpo se provocara de los espantajos
de la noche y los vendavales de la carne.
5
Tomo tu mano, el calor es responsable del sol, y el frío, de
las venas abiertas de la tierra. Vamos despacio ¿tienes prisa?, no podemos
correr ahora, se ha blanqueado nuestra propia montaña y los pasos le pesan a la
tierra, las miradas se prenden y dos soles se juntan, dos niñas resbalan y el
amor se crece, parece una cascada bajando por la cuesta...
6
Somos un puñado de tierra que volverá al trigo, a la cebada,
al viento...
7
Después de tanta montaña, llegar al llano es cómo partir el
sol en trocitos, para admirar la grandeza dispersada entre cantares de guacharaco
y sonsonete de guacamayas.
8
Para el bosque una oración por todos los árboles que hemos
asesinado y todas las hojas que hemos pisoteado...
9
Al planeta le debemos las rodillas dobladas y al mundo ni un
céntimo...
Sólo para recordar, que el árbol desnuda sus hojas, para que
las nuevas ocupen su lugar.
10
En el único lugar en donde la vanidad no sirve para nada es
en el cementerio, ¿decir la verdad ha servido para algo?, me voy a las cortes,
a las pelucas donde anidaban las ratas y los piojos bailaban salsa; me voy a
los zapatos de charol y a los tantos adornos para impresionar a un mundo de
pobres que veían de soslayo y reían hacia adentro...
11
Otro día con nuevas inquietudes, pero suficiente con haber
escuchado la serenata de las aves y ver a la luna medio mordida haciendo guiños
al sol, que sin dormir, aparece mágico y sorprendente calentando de nuevo,
apasionado sin cansarse, como un novio amante.
12
Inicia el día, el morichal está lleno de garzas blancas y el
sol coquetea con el llano versos blancos y alabanzas...
Raquel Rueda Bohórquez
30 6 16
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