miércoles, 12 de junio de 2013

CABRITA DIANA (100)

CABRITA DIANA (100)

De nuevo asomó Diana, 
Escuché balar a José
Tan blanco como la nieve, 
Tan dulce como la miel.

Salta y salta cuando su nombre escucha:
¡Diana! ...¡Mi diáfana niña de blanca cabellera!

Sus enormes tetas bendijeron nuestro hogar
Y las manos de mi madre brotaban chorros vivos
Sobre pequeñas vasijas de cristal.

Sendos bigotes adornaron nuestros labios
Con aquéllas sonrisas que no he de olvidar.

¿Quién de la niña, sus alegrías no añora?
El retorno a casa entre cañaverales.
Mi juguetona de ojos rayados como la luna:
Todo el oro se quedó en tu fuente
Y penetró en mi corazón.

Mi cabrita lloró una tarde, y yo con ella.
José hacía llamados sin comprender la razón,
Y un campanario en su tembloroso pecho.
Perlas de sal desde mi rincón.

Y al fin… cuando el agónico sonido
El llanto al cielo, paredes de cal y canto,
La verde montaña con olores a camposanto
Y la navaja con certeza se ha clavado;

Ahí marcharon las carreras,
Las carcajadas a su paso altanero,
Sus balidos que tanto amaba,
Y el cabrito, su mismo destino aguardó,
Para ser también, sólo endurecido cuero.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 12/13 

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