PIES DESCALZOS [17]
Pálidos como niñas en
el bosque
tornan los lirios
en la mañana,
un frío calando
árboles
arropa de cantos el
mío
y bendice la lluvia
un campo gris de
arenas secas
por donde navegamos
esperanzas.
Tocó sus aguas,
rara sensación torna en lágrimas
la sonrisa de la
niña.
Y se fue, un camino
cercado de tristezas,
gritos que escuchó el
mar
para juntarle donde
se crecen flores amarillas,
y toda la suciedad
anega en verde espeso
su divino madrigal de
vida.
¿Diste el beso
pendiente?
¿Le dijiste ayer lo
tanto que la amabas?
¡No hubo tiempo ni
para tocar su rostro!...
En traje blanco
navegó asustada
la niña de los pies
descalzos y rostro de lis
entre sus enfurecidas aguas,
entre sus enfurecidas aguas,
ya que a jugar no fue invitada.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
28/15
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