¿Y DEL VAGABUNDO QUÉ? [18]
Una vez a pie,
otra frenando,
otra frenando,
iba el viejo
vagabundo
otro amor buscando.
Todo bulto era de
agrado
escoba con patas,
un estorbo atrás y
otro de lado,
y una que otra uña
garabata.
Por fuera mucho
alazán
pero su fuerza no
alcanza
ni para disparar su
fusil
a las rodillas,
del tan mentado pelafustán.
Una y otra caen de
rodillas:
¡Mío, mío!, a más de
una escuché gritar,
pero mío es una
canción vieja
de traiciones y
abandonos
que nadie podrá
negar.
¿Qué sería del
valiente?
Aquí rechinan mis
dientes:
¿en dónde estará el
matador?
Se fue muy lejos
con su mal ambiente
a regar con su mies
ardiente
otra mueca simulada
de alegría,
en otro estero de
mentiras
para reír de mí,
los dos...
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
28/15
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