POR TU RIVERA [13]
Respiro a tu cuello,
fue demasiado,
hasta que te cansé;
ahora paso por aquí
a mirarte sin que me veas,
y en tus ojos hay una distancia tan enorme
que no podemos salvar,
ni porque el amor nos bendijera,
¿para qué?,
soy una viuda de amor que pasa ligera,
cual rauda hoja por la rivera...
fue demasiado,
hasta que te cansé;
ahora paso por aquí
a mirarte sin que me veas,
y en tus ojos hay una distancia tan enorme
que no podemos salvar,
ni porque el amor nos bendijera,
¿para qué?,
soy una viuda de amor que pasa ligera,
cual rauda hoja por la rivera...
Atino a olvidar,
pero se empeña el recuerdo de ti en mí,
como si estuvieras pegado en mi carne,
en cada peca que recuerda tus caricias.
pero se empeña el recuerdo de ti en mí,
como si estuvieras pegado en mi carne,
en cada peca que recuerda tus caricias.
Un río violento surca el espacio,
golondrinas de paso,
gaviotas blancas de tanto suspirar nieve de olas
y juguetes caros de la vida.
golondrinas de paso,
gaviotas blancas de tanto suspirar nieve de olas
y juguetes caros de la vida.
Tu hálito se pega de
mi boca,
te recuerdo bajo un limonar en flor,
en las acacias se bordan nidos de paloma pequeña,
y se enredan hilos de cabelleras grises y doradas,
del pastizal que tiñe el paisaje de colores.
te recuerdo bajo un limonar en flor,
en las acacias se bordan nidos de paloma pequeña,
y se enredan hilos de cabelleras grises y doradas,
del pastizal que tiñe el paisaje de colores.
Pienso en ti, ¿por
qué será que no te olvido?
Envejezco con tu boca y tu mirada,
y despierto de nuevo, ¡soy una necia!,
¿aprenderé que el amor no se mendiga?
Más todo mi amor te entregué,
nada queda para mí,
¿desconocías acaso ésta parte de mi vida?
Envejezco con tu boca y tu mirada,
y despierto de nuevo, ¡soy una necia!,
¿aprenderé que el amor no se mendiga?
Más todo mi amor te entregué,
nada queda para mí,
¿desconocías acaso ésta parte de mi vida?
Un poema nace cada
segundo,
ojos negros como mis noches,
caballo fuerte que corre y corre,
hasta llegar a la cumbre,
sin voltear a ver a esa potranca triste,
que dejaste enamorada en tu camino.
ojos negros como mis noches,
caballo fuerte que corre y corre,
hasta llegar a la cumbre,
sin voltear a ver a esa potranca triste,
que dejaste enamorada en tu camino.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
28/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario