AL
COLIBRÍ [11]
Lo vi tan frágil y pequeño
semejando
un escarabajo
o
una mariposa con alas de platino
verde
y azul, brillando tanto,
que
un diamante sentiría rubor
ante
tan grácil figura.
Un
batir de alas,
¡es
mío, lo vi primero!
gritó
la flor que más cerca le tenía,
pero
él, así como llegó,
asomó
sobre una orquídea
que
lo enamoró enseguida.
Va
y viene mi dulce joya
brillando
entre las blancas flores,
y
entre rubores de muchachas pasa
dejando
un beso,
para
robar sin temor
la
miel que nutre su embeleco.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 28/15
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