COMO ESTOY [12]
Si me preguntas como estoy, te diré que me
siento en soledad, en medio de un bosque lleno de cemento, sin saber a dónde
ir, ni por dónde empezar una nueva vida.
Me siento hoja mecida por un huracán, sin
tener la certeza en qué sitio caerá, si en el mar, sobre una roca, tal vez un
desierto peor, pero libre al fin de los achaques, abierta la prisión de 23
años, con los labios pálidos y la mirada resuelta…
Puede ser que parezca una niña asustada, ante
el ruido atronador de los rayos, de la oscura sombra que me persigue que se
parece a la mía, tan solitaria y tan acompañada conmigo misma.
Estoy con ese atoro en el pecho, con ese algo
indescriptible entre lo que debería ser, lo que fue, y lo que serán mis días,
sabiendo que aún en compañía, me sentía tan sola.
Avisto un rostro de madre sobre mi mesa, la
mirada triste de un ángel que me cerca, descubro los niños peludos que son
dueños de mi hogar, y mis amores de cada día, quienes me mantienen prisionera
de sus cariños y llantos, cuando quiero
abandonar la casa.
Pueda ser que todo me sea robado, pero
iniciaré como si hubiese nacido hoy, para caminar un sendero limpio de
rastrojo, con las pocas alegrías para recordar, y los muchos dolores para
lanzar al mar.
Sí, estoy aquí sin saber a dónde correr, en
medio de un gran bosque, y lo quiero divisar entre grises, pero con muchos
verdes, demasiados azules, tantos colores como el estallido de una estrella, la
mía, que se acerca hacia mi umbral y entre sus luces me abandono.
Ya he dado varios pasos… debo continuar, sabiendo
que ella no está, o tal vez me dé un abrazo ahora, y me regale su fuerza, no su temor, para
elevarme un poco y levantar el rostro para decir: ¡no más!...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13
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