martes, 3 de enero de 2012

LA MECEDORA DE PAPÁ (80)

LA MECEDORA DE PAPÁ (80)


Ella conoce el olor de todos,
las sonrisas que se pelean cada tarde;
 entretejida una y más veces 
 por las manos de Kico con alegría 
pues era la silla de papá, su preferida.

Ella consiente nuestros placeres
si entre sus brazos agotados vamos
y al recordar a su dueño primero,
una mueca dibujan nuestros labios.

Es la humilde a quien todos aman…
Amante ligera que todos deseamos poseer,
y en atardecer de oraciones y cantos
espera en silencio con su habitual sencillez
anhelando la tomen, la acaricien,
la llenen de calidez.

Aún desvencijada alivia el cansancio de todos,
quienes aferrados a la ausencia de quien tanto le amó
en sus últimos instantes lo abrazaba
 al verlo cerrar sus ojos ante el dolor.

Quiero dejarte un verso
pues de escarlata alguien te vistió…
Otra sonrisa dibujó algún rostro
que aprisa corrió y el primer puesto se ganó.

El día que te vayas derramaré una lágrima
pues aunque parezca sin sentido,
tanto servicio y tanto honor
siempre recatada y silenciosa,

silla vieja, mecedor de ilusiones en medio de quimeras
recuerdos atrapados en tal mutismo
serán historia como todos nosotros
al pasar el aire de mar 
y oxidar tan dulce existencia
de servidora sin pago ni pensión. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 2/12


1 comentario:

  1. Con cuanto cariño hablas de esa querida mecedora de tú papá, son viejos trastos que nos traen tantos y tan bonitos recuerdos de nuestros seres queridos, qué forman parte de la familia. Te quedó muy bello ese poema qué le has dedicado con tanto amor a tu vieja mecedora. Un beso grande con mis mejores deseos para ti querida amiga.

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