viernes, 12 de agosto de 2016

EN ÁMBAR/ A mis hijos (31) (A)

EN ÁMBAR/A mis hijos (31) (A)

Tus ojos parecen dos ramitos de olivo
Asomados en mi ventana.

 Eres la cabrita Diana
Que desea saltar lejos de mis brazos,
Más en este momento
Sólo espero tenerte en mi regazo.

Eres la poesía tierna de una semilla germinando;
Así me parecen ellos,
Así los veo cuando están despertando.

Así son tus ojos, luz en mis mañanas;
El espacio que desean todas las ausencias
Para que estén ahí cual estrellas brillando
En el más oscuro de los días y las noches,
Ansiando lleguen y se estrellen en los míos
Y se comulguen brillos y esperanzas.

Son tus ojos la miel que le faltaba a mi panal,
La melodía que me hace cantar, reír y llorar
Si en sus desaires me dejaran de mirar.

Así son como esta mañana dulce
En que todo parece en silencio.
Las aves tienen frío y se cobijan entre sí,
Tocan sus tibiezas, entrelazan sus picos,
Y al fin, enamoradas de la vida
A los ojos se ven.

Se cosechan en ámbar
En savia de un árbol dichoso;
Se cultivan en tu rostro
Para agitar el poema de la mañana
Y vestir el día de gracia.

Feliz por ellos y su existencia,
Porque son el recital de la montaña
Que entre plumas de garza y gaviota,
Cada día con una plegaria en el pico
Inician su danza.

Raquel Rueda Bohórquez
12 8 16


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