¡TIENE HUEVO! (33)
¿Sabían que hay un doctor que va a sus rondas en la clínica,
en silla de ruedas, sin ser minusválido?
Al conocer esto que además de jocoso, me parece también un
acto de arrogancia, me dio mucha risa al principio, luego enojo, después,
¿¡eche qué!?, ¿y es que los estudiantes de medicina de esa universidad de
Barranquilla son como los boludos de la historia del poeta argentino?, ¡tiene
pero huevo y es de avión éste huevón!, pero más huevo tienen los estudiantes
que aceptan esto, ¿o será parte de la terapia para que obedezcan desde ahora y
comprendan que su misión no es para la que están estudiando, si no que los
preparan para el negocio con los seres humanos donde tienen que aprender a
obedecer lo que sea?, o ha de ser lección de humildad, es difícil juzgar desde
este punto sin escuchar al médico de sus razones.
Siendo así la vaina, que lleven al Doctor a ese paseo corto,
imagino que dentro de sí reirá de todos, pero siempre queda la pregunta en el
aire: ¿por qué razón hace esto?
Esta vaina me atacó de risa anoche cuando me enteré de la
historia, entonces le advertí a la persona que me contó que lo filmara, o le
tomara fotografías, para que todos se enteren que en Barranquilla hay un Doctor
que imagina que el mundo gira a su alrededor, y que su alrededor está lleno de
huevones, que al fin, cansados porque la ronda no se inicia, pues lo que hace
es llegar y sentarse en la silla de ruedas a esperar que alguien mueva su
carreta. Todos se miran y al fin el tiempo corre y alguien dice: ¡Hijueputa! y
arranca…
¿Será una broma?, ¡no lo sé!, es muy joven, creo que ríe de los estudiantes o les está dando una
lección, pero ellos necesitan hacer la tal “ronda”, en palabras más decentes,
si fuera uno de sus estudiantes le diría: ¡¡Váyase a cagar!!, oye, en serio,
¿qué nos pasa?, pero me gustaría saber los motivos por los que somete a sus
estudiantes a esto, ellos no serán camilleros, ¿o ha de ser para que aprendan a
ser más humanos, sensibles hacia los demás,
mientras pasean al rey? porque muchos desde ya, sólo llevan esa
arrogancia de creerse más, no la humildad de quien gracias al destino pudo
aprender algo para ayudar a quien lo necesita, a veces no es suficiente, esto
debe ir dentro de nosotros, sin importar si somos doctores o no, y lo digo por un amigo que bajó la mirada
para no saludarme, a punto de estrellarnos me hizo el quite y me dejó con los
brazos extendidos, después de que era gran amiga de su familia y compartimos
muchos instantes.
Raquel Rueda Bohórquez
12 08 16
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