PRÍNCIPE
[50]
Abierto
el falso,
los
caballos parecieran tener alas
cocean
sus patas, y levantan polvaredas
como
rayos que del cielo bajaran,
su
velocidad no tiene freno.
Entre
tal revuelta a Príncipe advierto,
necio
haragán de rojas ancas,
sus
ojos se perpetúan en los míos,
y
en su boca se vuelve mansa la potranca.
La
yeguada observa,
¿será
su nueva poesía?
y
él agita del cuello arrogante cabellera
cuando
se pasea con donaire
la
dueña de sus quimeras.
Mordelona
se hace de rogar,
corre
y patea, ¡patea y corre!
y
en este juego de patas a traviesa
dobla
el cuello mientras la besa.
Mide
la potranca su fuerza
se
ajusta a ella con gran belleza.
Un
levantar de manos sin cojear advierto,
aromas
de pasto seco, ¡huele a mar!,
¡al
río violento!
¡Es
el mejor!, ¡lo sabía!
Me
gusta su fuerza y valentía,
no
tiene miedo y acosa,
no
hay temor ni freno cuando le toca.
De
frente, así se miraron,
sin
relinchar, le dijo que lo amaba.
¡Qué
alboroto por Dios!
¡Nada
los detendrá cuando el ocaso!
¡Nada
los frenará, cuando se alcancen!
Y
a su invitación, ¡mira mi potra zaina!
¡Flores
de mi valle todas para ti!
Rojos
encendidos en mi boca,
mis
patas veloces, juntos arcadas y pasiones,
elevándonos
sobre el odio que nos cerca;
saltando
cercas,
y
buscando límpidas quebradas.
Ya
calmada la inquietud,
con
amor le acercó a su lago.
Azules
fueron sus pensamientos,
azul
el cielo que los cobijaba
azul
el mundo en movimiento.
Continúa
la manada su destino,
cercas
de madera robarán su libertad
pero
no es prisionero quien ama,
vuela
el pensamiento sobre los árboles.
Verde
es el universo, templo tu corazón,
donde
volverá la potranca, de rezo en rezo,
a
doblar el cuello, sin condición.
He
hallado mi libertad en el rojo de tu piel,
¡bendito
potro!, ¿en dónde estabas acaso?
Fue
el relinchido adivinado, fue la causa
al
paso de una helada brisa,
al
canto de un zorzal en una rama.
No
hubo respuesta, todo fue silencio,
se
enredó de nuevo el valle,
y
se perdió con él entre pastos elevados
que
jugaban con el viento.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 6/15
Publicado
por Raquel Rueda Bohórquez en 10:09
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