A
TI [49]
Siempre
quisiste sus flores,
pero
tocaron tu alma sus espinas.
Tuya,
bordada por Él, tejida con amor
y
fueron sus ojos quienes delinearon sus pétalos,
fue
su boca quien animó esa miel
donde
extasiadas quedaron las niñas,
esas
viejas niñas que ahora te encuentran
perdida
en la distancia,
reencontradas
en el hoy
guardado como ámbar de miel
guardado como ámbar de miel
en
las angelitas negras.
Ahora,
¿sabías
que ese día un cactus te enviaba?
Puedes
leer mis pensamientos,
a
la distancia, en éste segundo,
cuando
un parpadeo dibuja una perla
que
corre, ladera abajo,
hasta
hallarte.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 6/15
Publicado
por Raquel Rueda Bohórquez en 11:29
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