¡SE
FUE! [12]
Luego
pensó don Prepucio: ¿qué hago si me abandona?... venderé una casa grande y con
eso compraré 500 cerdos, 10 vacas, una burra de ojos verdes, y luego,
construiré ese jardín que tanto pidió, tendré cría de pollitos enanos que
alguna vez ella quiso, faisanes, patos, ¡tortugas ahí quedaron!, fabricaré un
alar para las palomas y una virgen María sobre muchas rocas, como ella siempre
anheló...
Caminaré
para ver lo que ella veía, ¿qué tanto buscaba en el ocaso?, ¿qué tanto
hablaba cuando caminaba por entre el pasto seco?, parecía bailar con el
sonido de la brisa, pero siempre ausente, ¿qué pensaría?, ¡igual ni me importa!,
seguiré comprando cosas, ahora que no está...
No
traeré estorbos a mi nueva estancia, para eso tengo toda mi libertad, y lo
bueno es que no está, ¡se fue!, ni siquiera
se siente, ¿acaso sentí su presencia alguna vez?, era un mueble viejo que nadie
usaba, ni me inspiraba una mirada, pero ahora que no está, ¿qué tanto hacía las
pocas veces que iba al mar?
Caminaba
y caminaba, escribía y escribía sobre la arena uno y otro pensamiento, ¿para
quién serían?, veía cómo cruzaban las aves y abría los brazos, sus ojos estaban
llenos de sal; decía cuando una
ola tocaba los suyos y luego una carcajada y otra, ¡amor!, ¡amor mío te
quiero!, y veía sin mirar a ese inmenso globo que se descolgaba, cuando debía
regresar a un hogar falto de mucho, y lleno de ausencias y sonidos que la
arrinconaban, y la hacían mover los dedos sobre un teclado.
Es
bonito saber que se fue, ahora ¿quién era ella?, nunca asistí a una
conversación donde estuviéramos contentos, mirándonos a los ojos y
acariciándonos con dulzura, creo que fue lo mejor, ahora cada uno inventará su
propia historia sin depender del otro, no es mi hermana, ni mi amiga, y tenemos
un contrato que desde el inicio lancé a la basura.
¡Se
fue!, creo que ahora sí abriré mi portal a todo lo que merezco, a todas las
cosas que siempre he anhelado, ¿una mujer?, bueno una mujer pero de quien esté
enamorado, ¡se puede!, si ella se fue porque aquí no encontró amor, creo que
también estoy feliz, porque en verdad jamás le amé.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 28/15
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