EVOCO
[79]
Y
evoco de tus manos mi alegría,
de
tu piel mi sedienta fantasía.
Vino
rojo tu lengua viva en mí
sed
de tus ojos
hambrientos
de los míos.
Se
fueron los días aquellos
donde
la flor se desnudaba,
y
en ese vientre tuyo pleno de ricuras
moría
una rosa deshojada.
Evoco
también la melodía
del
vaivén de tu cintura en la mía.
¿Qué
ricura puede haber más exquisita?
¿Qué
playa? ¿Qué nicho oscuro?
Me
deslumbra ese ayer...
Un
roble desnudo recuerdo
tan
joven y arrogante,
que
se viste mi rostro de púrpuras
tan
solo al evocarle.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 20/13
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