ROSA
PÚRPURA [28]
¿Rosa púrpura, estás ahí?
Gota de rocío, no me confundas.
Palabra de Dios, ¡riega nuestro reseco huerto!
Dibuja un estero de esperanza,
donde el verdor sea un motivo bajo el sol
y la lluvia de flores besadas,
un
libro abierto.
Deja tu beso en mis labios…
El aroma de tu paso por mi alar.
Paloma triste, ¿a dónde has viajado?
¿Puedes
ver y escuchar lo que yo?
Envía un rayo de luz a nuestras mentes
y de una reseca fronda,
tu
altar.
Que la necedad no anide en nuestro corazón
si no la verdad venida de Dios.
Un camino estrecho,
hoy
es una puerta abierta
en
donde todas sus ovejas pueden pastar.
Envía ese rayo luminoso,
que
nos asustemos un poco,
más luego,
cuando
la calma nos permita pensar,
extenderemos la mano al caído,
y
esa pesada roca hemos de quitar.
¿Quién es Santo como tú?
¿Quién es el dueño del huerto?
¿Quién, en un instante
cambia
un riachuelo por río violento?
¿Quién deja el aroma de una rosa al pasar?
Envía esa lluvia de besos a mi piel,
que no me sonroje la vanidad
ni
me descalce la primavera.
Que su piel nutra un poco mi vida
olvidando ese ayer un poco turbio,
al buscar en la roca fuerte la felicidad.
Y de nuevo tu voz escucho,
es un enorme trueno que avisa de tu poder.
Cielo mío, mi amante verdadero,
sólo ante ti, doblaré mis rodillas
para
orar y sólo ante ti mi dolor ha de ceder.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 23/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario