miércoles, 24 de octubre de 2012

SE HABLA DE PAZ



SE HABLA DE PAZ


Desde aquí escuchando melodías que trae la brisa me atrevo a decir que la paz es posible, sólo si cada uno descubre en su interior a qué vino al mundo, si busca ese motivo dentro de su corazón, y si realmente ha hecho algo 
para lograrla. 



Vislumbro un poco lejana la paz en mi país, mientras los herederos de la tierra no sean respetados, y no se devuelva lo que les pertenece, en tanto el legítimo derecho a la defensa de nuestras especies naturales, el respeto por los animales, los bosques, los ríos, las montañas no sean una realidad.

Tenemos que iniciar por sembrar un árbol en cada frío corazón, abonarlo cada día, cada segundo para que sus ramas sean fuertes y frondosas y buscar ese pedazo de tierra, el cobijo de un amanecer conviviendo con la naturaleza, con todo el respeto que merecemos cada uno, a ese derecho inalienable de existir.

Quiero hablar de paz y ella brota muy bonito en palabras, son la voluntad, la justicia y la equidad las únicas armas que pueden lograrla, mientras nuestras riquezas se entregan a otros, se abren vientres a las montañas y se llevan nuestras riquezas, dejando sólo vacío y abandono, que finalmente serán ríos caudalosos de nuestras propias lágrimas, no habrá paz ni poder para que ella sea una verdad. 

La impunidad y la corrupción se pasea libremente, y nuestro país es un potrero donde todos hacen sus necesidades ahí, pasando por encima de los más débiles y con los poderes que otorgan los votos que se regalan, debido al hambre y a la falta de responsabilidad de unos tantos, seguimos siendo pisoteados, y una lucha de tejas rotas continuará, si continuamos  en éste plan de conformismo, con los brazos caídos, esperando que otros hagan con lo que es de todos, lo que quieren.

Una paz que huela a leche fresca, a pan tibio sobre nuestra mesa, un azadón que se utilice para sembrar, respetando las especies, dejando los venenos de lado, pues ellos finalmente terminarán extinguiendo muchas aves y plantas que son vitales para la supervivencia de otros, y el equilibrio ecológico. 

Un ama de casa puede hablar de paz, un niño, un caminante, un poeta… mientras su derecho no se calle con una bala sobre su rostro, y sus hijos tengan oportunidad de estudiar, de prepararse para combatir y dar una lucha justa, donde su trabajo sea valorado y sus derechos respetados. 

No puede haber paz en un mundo tan desigual y tan injusto, pero la voluntad de los gobiernos de acabar con la corrupción y castigar a quienes abusan del poder para enriquecerse, será un arma válida y una oportunidad para el pueblo, que mira desde la barrera y tiene que agachar la cabeza  ante los soberbios y opresores, que se roban de a poco sus esperanzas.

Me gustaría una paz que tenga olor a parcela distribuida  en manos de aquéllos que han sido despojados de todo, y que arrumaron sus sueños junto a sus herramientas, que se oxidan, y sus esperanzas que habitan la humedad de sus silencios, y la impotencia de levantarse, ante quienes llevan años en el poder oprimiendo a los débiles y despojando la tierra de sus minerales, para dejarle al pueblo sólo lodazales donde no germinará ni la hiedra. 

Dame la paz y juntos construiremos un mundo mejor, cuidaremos las cañadas, sembraremos árboles, permitiremos que los ríos continúen su cauce sin importar las riquezas que habiten en su lecho, dejaremos volar los jacintos en el cielo azul y construiremos patria de la mano, sin arrebatar a nadie sus derechos a disfrutar y compartir la tierra por igual sin hacerle daño. .

Mucho se habla de paz pero los comprometidos con ella no tienen voluntad para hacerla pues hay mucho en juego… debajo de la tierra, bajo el mar… sobre él… y quienes se creen dueños del sol y de las estrellas, mañana morirán y sólo habrán dejado un legado de miseria que se construirá con una mentalidad nueva, donde todos seamos sembradores de esperanzas y la tan anhelada  paz sea la flor más bella del planeta.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 23/12





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