HOY
Días de pruebas muy grandes, 
amanecí con ese algo en el corazón 
y pensamos que es hambre.
No quiero oficio, me siento cansada, 
temerosa del ruido y me acojo al silencio, 
me aparto de los lugares 
donde siento que estorbo,
sacudo los remiendos y vuelvo a la espina 
porque sé que en algún momento 
hubo un rosal y un colibrí bendijo mi pupila.
Es normal la angustia, 
tal vez necesitábamos esto 
para valorar más la vida y el entorno, 
el ave y la espiga, 
el río y el mar…
Al rato él resolverá mi afán
 él se hará cargo de
la mochila llena de rocas, 
tomará todas las penas del mundo 
y las esparcirá sobre los bosques 
sedientos de amor.
¡Tranquilos!...
 El afán por tener se
tapiza de guijarros, 
pero en sus heridas nacerán otras ilusiones 
y forjarán sus ideales 
las perdidas semillas 
empujadas por el viento.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 24 06 20
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