martes, 12 de julio de 2016

LA CIVILIZACIÓN (22)

LA CIVILIZACIÓN (22)

La "civilización" lo que ha hecho es matar la historia y acabar con la naturaleza.

Hay un pedido de auxilio de nuestra madre tierra; todos lo escuchamos, pero a ese puñado de seres que viven de la palabra desarrollo, nada los detiene; ellos acaban con los humedales, dañan el cauce de los ríos y quebradas y siembran “civilización”, un veneno que poco a poco mata el paisaje verde y las montañas primorosas.

Mucha gente muere tratando de salvar un árbol, un animal, el paso de un riachuelo, el brote de un manantial; continúa naciendo gente que no quiere más progreso, porque entre más avance hay menos trabajo y la maquinaria reemplaza las manos del hombre.  Aquí es dónde me pregunto si el progreso, la civilización, el mundo de cemento en verdad sirve de algo.

Podemos viajar de aquí para allá con mucha velocidad, pero así mismo transportar virus y bacterias que en un día podrían acabar con la humanidad, y esto ya se ha visto con las gripes espantosas que cada día son más violentas y las bacterias que están dominando el planeta, luego recuerdo que la brisa es la dueña del mundo y la inquietud merma, pues ella transporta vida y muerte por la contaminación.

Mi yo extraterrestre lleva un grito diario, algo me pide que hable, alguna mente abierta escuchará y es esa persona en cada punto del planeta, ese ser influyente que sabe escuchar la voz de la madre tierra, quien será responsable de que el paisaje regrese, el verde se tome cada camino y sendero, y los animales hallen también el suyo, su derecho a vivir y permanecer por el corto tiempo que estaremos en éste lugar tan precioso, pero que poco a poco destruimos.

Ese solo hombre multiplicado por miles, será el responsable de un cambio al fin, para que prime la vida, antes que un desarrollo que en verdad nos tiene demasiado atrasados, no veo que haya servido para mucho, la gente solo quiere comprar cosas, basura y más basura, más ropa y zapatos y mierda para inundar el planeta de porquería y volver la montaña un desierto, para que la muerte ría a carcajadas.

Las carreteras son caminos para morir, las montañas desaparecen y nuevos llanos se reservan para fabricar vida que será dolor.

Los árboles caen, los viejos no se respetan, los animales se usan, se encarcelan las aves, nos favorecemos con su venta y así mismo nos volvemos indolentes y crueles con la creación, luego viene la factura, si acaso llegamos a viejos; esa factura que nos hace responsables de todo el daño causado, si las brisas fuertes se llevan nuestras casas como si fueran pequeñas hojas.

Si puedo desde éste lugar llegar al menos a un corazón diario, y que ese corazón esté dispuesto a cambiar lo que somos ahora, ese pensamiento dañino y depredador,  seguro que seremos portadores de semillas limpias, que no han sido manipuladas por el hombre y con eso aseguramos la vida de miles de seres humanos que vendrán luego, pues pronto nos iremos, uno a uno, y los que nos reemplazarán serán zombis, hombres muertos sin alma que terminarán con el resto; en cambio, es ahora mismo que tenemos que llevar la mies del bien por todo el mundo, para que las montañas se crezcan, las rocas se respeten, se ame la vida y el derecho que tenemos todos de poblar el paraíso, nuestro divino paraíso verde y azul por el tiempo que tenemos asignado, nosotros y ellos, todos disfrutando de éste maravilloso derecho a vivir.

¿Civilización y progreso se parecen?

Raquel Rueda Bohórquez
12 7 16





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